Capítulo XLV
COMIENZOS DE LA QUINTA RAZA (ARIA)
( MW 239-240. ) En el Capítulo XXXVII se mencionó que el Manu de la Quinta Raza-Raíz
el Señor Vaivasvata, escogió un grupo de egos, incluyendo al grupo de 1.200
años, al que ayudó a formar para Su Raza, y con el que, por tanto, mantuvo una
conexión. Esto ocurrió hace cerca de 1.000.000 de años; 400.000 años después
efectuó otra selección de candidatos probables.
Sin embargo, el primer paso decisivo en la fundación de la Raza se produjo hace unos
100.000 años, cuando una tribu de la quinta subraza atlante, los semitas, de
color blanco, fue aislada en las montañas al Norte de Ruta. Esta subraza era
afecta a las montañas, y los kabiles de las Montañas Atlas son sus mejores
representantes modernos.
Su religión era diferente de la de los toltecas que vivían en las
llanuras, hecho del cual el Manu sacó partido para efectuar el aislamiento.
Luego, el Bodhisattva, el futuro Señor Buddha, fundó una nueva
religión; a quienes acudieron a ella se les dijo que se mantuviesen aparte y
olvidasen el contraer matrimonio con otras tribus.
Se dijo al pueblo que se hallaba bajo un Rey y Señor, físicamente desconocido
para ellos, y que serían llevados hacia una “tierra prometida”. Es probable que
sólo una parte de la historia hebrea derivara de estos hechos.
( MW 240-244. ) Debido a la pendiente sujeción de la quinta sub-raza
por parte del Gobernante Negro, el Manu, en el año 79.797 a .C., embarcó a Su
pueblo a través del Mar del Sahara y luego, por tierra, a Arabia. Para esa
finalidad se dispuso de una flota de treinta barcos. No excedían las 500
toneladas; eran pesados, rápidos con viento a favor, difíciles de maniobrar:
incluían el empleo de remos. Se efectuaron tres viajes, trayéndose unas 9000
personas, junto con algunos animales que eran una especie de mezcla de búfalo,
elefante y cerdo, algo semejantes al tapir.
De las 9000 personas, cinco sextas partes correspondían a la quinta
subraza, una duodécima parte a los akkadianos, y una duodécima parte a los
toltecas; cada grupo era lo mejor de su progenie.
Para esta época había en Egipto una espléndida civilización tolteca y,
como los emigrantes atravesaban ese país, los egipcios procuraban sobornarlos
para que se quedasen. Pocos sucumbieron a la tentación, desafiando el mandato
del Manu, convirtiéndose después en esclavos de los toltecas.
El resto, conducido por el Manu, llegó a los altiplanos árabes, por lo
que ahora se conoce como la ruta del canal de Suez. Los valles eran fértiles
cuando eran irrigados; el país estaba poco poblado por una raza negroide.
En uno de los valles se estableció una gran cantidad de Servidores, de
los grupos de 1200 y 700 años; estaban tan fanáticamente consagrados al Manu
que concitaron sobre sí la ira de los egipcios, quienes los combatieron y
exterminaron, aunque eventualmente el Vaivasvata Manu expulsó a los egipcios.
( MW 244-245. ) Después de esto los colonos vivieron en paz durante
algún tiempo, cultivando su tierra y usando diversas clases de semillas que
trajeran de la
Atlántida. En unos 2000 años sumaron varios millones; estaban
aislados del mundo por un cinturón de arena; el único modo de trasponerlo, con
pastos yagua, estaba donde actualmente se halla la Meca. Los tipos menos
deseables fueron expulsados como emigrantes; una parte fue al Sur de Palestina,
otra al Sur de Egipto. En una de las colonias evolucionó el caballo.
Ocasionalmente, a fin de mejorar el tipo humano, encarnó el Mismo Manu.
El pueblo era pastoril y agrícola, siendo tan numeroso que produjo una
superpoblación. De modo que una cantidad muy grande fue enviada al Africa a
fundar una colonia. Esta colonia fue después exterminada.
( MW 245-249. ) Pocos años antes de la catástrofe del 75.025 a .C., bajo
instrucciones del Jefe de la
Jerarquía , el Manu seleccionó a unos 700 de Sus propios
descendientes, y los convirtió en una secta inortodoxa y estricta. Los formó en
caravana y los envió hacia el Norte (vide Diagrama XLV). Buscó y obtuvo el paso
pacífico a través de los dominios del Gobernante del Imperio Sumiro-Akkadiano,
que abarcaba lo que ahora es Turquía en el Asia, Persia y los países de más
allá. En Turkestán trató con la Confederación de Estados Turanios feudatarios,
incluyendo lo que es ahora el Tibet, y se le permitió pasar. Después de unos
años la caravana llegó al Mar de Gobi; aquí giró internándose en las colinas,
hacia el Norte, donde un gran mar poco profundo se extendía hacia el Norte
hasta el Polo. Para esta época la Estrella Lemuriana se había roto, y su punto más
próximo estaba a unas 1000
millas al Norte.
El Manu apostó algunos de Sus seguidores en un promontorio orientado
hacia el Noreste, pero la mayoría la estableció en una depresión fértil y
semejante a un cráter. La
Isla Blanca estaba al Sud-Este, y fuera de la vista hasta
después en que, cubierta de elevados templos, se tornó visible.
El pueblo permaneció aquí hasta después de la catástrofe, que a la
sazón estaba muy próxima. La formación geológica era tal que, a no ser que se
quebrase toda la tierra, poco daño podrían causar todos los terremotos. Cuando
avanzaron los cambios sísmicos, la comunidad no fue perturbada por hendiduras
absolutas ni por cambios en la superficie, aunque la gente estaba aterrorizada
por los reiterados terremotos, y casi
paralizada por miedo de que el sol, invisible para la vista debido a
las nubes de fino polvo, desapareciese para siempre. Cayeron lluvias incesantes
y terribles mientras masas de vapor y nubes de polvo oscurecían el aire. Nada
podía crecer apropiadamente y la gente estuvo expuesta a severas privaciones.
De los 700 originales, que aumentaron a 1000, sólo 300 de los más fuertes
fueron los que sobrevivieron.
Al término de cinco años se afincaron nuevamente; el tiempo se tornó
cálido, surgió mucho suelo virgen que pudieron cultivar.
( MW 249-254. ) El Manu, para esta época un anciano, recibió Órdenes de
llevar a Su pueblo hasta la
Isla Blanca. Allí se le mostró el plan del futuro, que se
extendía durante decenas de miles de años. Su pueblo iba a vivir en las costas
del Mar de Gobi, aumentaría y se fortalecería. La nueva raza sería fundada en la Isla Blanca , y se
construiría una gran ciudad en la costa opuesta, sugiriéndose el plan para
ello.
Había una cordillera que corría a lo largo de las costas del ar de
Gobi, a unos 32 km .
de distancia, y bajas colinas se extendían desde esa cordillera hasta la costa.
Cuatro valles, enteramente separados uno del otro, corrían hacia abajo, hasta
el mar. Se instruyó al Manu para que radicase ciertas familias escogidas en
estos valles y desarrollase de ellas cuatro subrazas separadas, que luego
serían enviadas a diferentes partes del mundo. Algunos de los de Su pueblo
nacerían en el mundo exterior y luego regresarían y se casarían en Su familia a
fin de mejorar el tipo racial. El Mismo encarnaría después y fijaría el tipo
mejorado.
Así se formarían cinco tipos: el tipo principal original y cuatro
subtipos.
Unos 70.000 años a.C. el Manu instruyó a Su pueblo para que se radicase
y construyese pueblos en el continente. Aquí vivirían y se multiplicarían
durante miles de años. El Manu, el Rey reconocido, residía en Shamballa.
Unos años después el Manu instruyó a Júpiter, Corona (que después se
convirtiera en Julio César), Marte y Vajra (que después se convirtiera en H. P.
Blavatsky) para que escogieran algunos de los mejores niños, enviándolos a
Shamballa. Estos niños eran Urano, Neptuno, Surya, Brihaspati, Saturno, Vulcano
y Venus, todos los cuales se convirtieron desde entonces en Maestros.
Poco después de esto los turanios barrieron la comunidad, una horda
tras otra, y eventualmente la aniquilaron.
Los descendientes de los niños salvados fundaron, en su tiempo, otra
civilización populosa y floreciente, en un nivel superior al anterior. Fueron
incluidos muchos Servidores; a menudo eran estúpidos, cometiendo muchos
errores, pero por lealtad y sinceridad estaban estrechamente unidos a quienes
servían.
Construyeron casas de gran tamaño, fortificándolas mucho, igual que sus
pueblos y villorrios, contra los salvajes turanios que continuamente las
arrasaban.
Otra vez se convirtieron en una pequeña nación, sólo para ser una vez
más masacrados por los turanios; unos pocos niños con sus amas de cría fueron
salvados e introducidos en Shamballa. De este modo se preservó el Tipo racial;
el Manu y Sus lugartenientes encarnaron en él tan pronto como fue posible a fin
de aproximarlo al nivel requerido.
Corresponde notar que incluso los turanios, sedientos de sangre, tenían
profunda veneración hacia la
Isla Blanca y se resistían a atacarla.
(IL II 403.) Volviendo por un momento al pueblo que quedó detrás en
Arabia cuando el Manu llevó sus 700 escogidos al Asia Central, podemos notar
que de los que quedaron detrás descendieron los judíos; en un capítulo
posterior retornaremos otra vez la historia de los judíos.
Capítulo XLVI
( MW 255. ) Después de la segunda destrucción, descripta al final del
capítulo anterior, el Manu envió a Marte a encarnar en una de las mejores
familias toltecas de Poseidonis, y lo hizo volver a los veinticinco años de
edad. Entonces Marte se casó con la hija del Manu, introduciendo así una
estirpe adicional a la sangre tolteca, que era necesaria
para la Raza.
Desde esta fecha, hace unos 60.000 a .C., puede decirse
que empezó la Raza-Raíz
aria, como cimiento realmente logrado, pues después de esto jamás fue destruida
nuevamente.
( MW 256-257. ) Los descendientes del Manu permanecieron en la Isla hasta que sumaron 100;
luego se dirigieron al continente donde empezaron a construir la Ciudad que el Manu planeara
como futura capital de Su Raza.
La ciudad se extendía, en abanico, en torno al borde de la costa,
remontándose hasta las colinas, a unos 32 km de distancia; las calles, que eran muy
anchas, apuntaban todas hacia la Isla Blanca. Toda la Ciudad fue planeada así,
cuidadosamente, con 1000 años de adelanto respecto de la gente que allí
viviría. De las colinas obtenían metales, y
piedras de diversos colores -blancas, grises, rojas y verdes-, al igual
que pórfido de púrpura espléndida. Los constructores trabajaban contentos, como
una hermandad, sabiendo que llevaban a cabo los deseos de Quien, a un tiempo,
era su Padre y su Rey.
( MW 258-259. ) Utilizaron piedras mayores que las de Karnac; las
transportaron sobre rodillos, con ayuda de máquinas; algunas medían unos 49 m de largo. El Manu y Sus
lugartenientes alivianaban las piedras mediante poder oculto para que pudiesen
ser izadas hasta sus respectivos lugares. Los edificios tenían las proporciones
egipcias, pero eran de apariencia más liviana. Esto ocurría especialmente en la Isla Blanca , donde las
cúpulas abultadas en la base y rematadas en una punta, como el cerrado brote de
un loto, en el que las hojas plegadas hacia adentro dan una especie de giro,
como si fuesen dos hélices, a la derecha y a la izquierda, estaban
superimpuestas de modo tal que las líneas se cruzaban unas con otras. Las
partes inferiores de los enormes edificios eran inmensamente sólidas; luego
seguía una corona de minaretes y arcos con una curva graciosísima, y por último
el feérico brote de loto, la cúpula, en la cima.
La labor de edificación duraba muchos cientos de años; la Isla Blanca , al
completarse, fue de una belleza maravillosa. La Isla ascendía hasta un punto en el que fueron
construidos Templos estupendos, todos de mármol blanco incrustado en oro.
Cubrían toda la Isla
convirtiéndola en una singular Ciudad sagrada, con un enorme Templo central. La
cúpula estaba sobre la gran Sala, donde aparecían los Cuatro Kumaras
en ocasiones especiales.
( MW 200-262. ) Las calles
estaban dispuestas como cuatro rayos, convergiendo en el Templo central; el
panorama desde el extremo de una de las calles de la ciudad, digamos, 16 km afuera, era bello e
impresionante en exceso. Vista desde el Noroeste, toda la ciudad parecía el
Gran Ojo del simbolismo masónico, escorzado de modo tal que las curvas se
tornaban cilíndricas, y las líneas de la ciudad, sobre el continente, formaban
el iris.
Dentro y fuera los Templos estaban adornados con muchos esculpidos;
gran cantidad contenía símbolos masónicos. Había una serie de grabados que
ilustraban los átomos físicos y químicos. Otros átomos y partículas, como los
de la vitalidad, estaban modelados en alto relieve.
Esta capital se estuvo construyendo durante 1000 años para un pueblo
destinado a ser imperial. Se usó mucho el oro, especialmente sobre mármol
blanco. También se usaron muchas gemas en la decoración, al igual que lajas de
calcedonia y una piedra parecida al ónix mexicano. Un artificio favorito
consistía en una combinación de jade verde con pórfido púrpura.
No se utilizaban pinturas, tampoco dibujos sobre superficie chata, ni
perspectiva. Los frisos eran en alto relieve, muy bien confeccionados, con
figuras frecuentemente pintadas.
( MW 262-263. ) Un puente macizo
y espléndido conectaba a la
Isla Blanca con el continente; la Ciudad era conocida como la Ciudad del Puente. Era una
construcción de contrapeso, muy graciosa, y decorada con grandes grupos de
estatuas. Las piedras de la calzada eran de 49 m de largo y
proporcionalmente anchas.
En el año 45.000 a .C.
la Ciudad
estaba en su cenit, y era la capital de un inmenso Imperio que incluía todo el
Este y el Asia Central, desde el Tibet hasta la costa y desde Manchuria hasta
Siam, además de proclamar la soberanía sobre todas las islas desde el Japón
hasta Australia.
El sello imborrable de la sangre aria puede aún ubicarse hasta en razas
tan primitivas como los ainos peludos del Japón y los aborígenes australianos.
Los edificios ciclópeos fueron terminados con gran delicadeza y pulidos
hasta un alto nivel. Se dice que sus ruinas colosales son la maravilla de
quienes las vieron hoy en día en Shamballa. El Puente todavía está en pie, aunque
ahora sólo fluyen debajo de él las movedizas arenas del desierto.
Esa fue la poderosa Ciudad planeada por Vaivasvata Manu y construida
por Sus hijos. Muchas y grandes fueron las ciudades de Asia, pero la Ciudad del Puente las
eclipsó a todas. y en ella siempre se cobijaron las poderosas Presencias que
tuvieron, y todavía tienen, Su morada terrena en la sagrada Isla Blanca,
brindándole a ésta, aparte de todas las ciudades de la tierra, la bendición
sempiterna de Su proximidad inmediata.
Capítulo XLVII
(MW 264-274. T. 88.) Del sucinto inicio del año 60.000 a .C. creció un
reino densamente poblado, que rodeó el Mar de Gobi y gradualmente obtuvo el
dominio de muchas naciones vecinas, incluida la turania que tan cruelmente
masacrara a sus antepasados.
Esta fue la estirpe fundamental de la Raza-Raíz original, de
la que surgieran todas las ramas y subramas como emigraciones. La estirpe
fundamental se llama por lo común la primera subraza; la primera subraza es a
veces llamada la subraza hindú o hindú-aria, para describir más particularmente
a los emigrantes que ingresaron en la
India , pues muchos enormes grupos de emigrantes
conquistadores marcharon a la
India , ingresaron, la sometieron a la tierra y se apoderaron
de ella. Los últimos restos de la estirpe fundamental abandonaron su hogar y se
unieron a los precursores en la
India muy poco antes de que se hundiese Poseidonis en el año 9564 a .C., aquellos, de
hecho, fueron enviados para que escapasen de la ruina producida por ese
tremendo cataclismo.
Como ahora veremos, la raza original envió no menos de cuatro
migraciones hacia el Oeste; la primera de éstas formó la segunda subraza, la
segunda, la tercera subraza, y así sucesivamente.
Desde el año 60.000
a .C. hasta el 40.000 a .C., la raza original creció y floreció
en exceso, alcanzando su cenit cerca del año 45.000 a .C. conquistó
China y Japón, poblados principalmente por mongoles, la séptima subraza
atlante, desplazándose hacia el Norte y hacia el Este hasta que fueron
detenidos por el frío. También sumó a su imperio Formosa y Siam, poblados por
turanios y tlavatlis, las subrayas atlánticas cuarta y segunda. Asimismo
colonizó Sumatra y Java y las islas adyacentes, que entonces no estaban tan
disgregadas como ahora. En su mayoría fueron bien recibidos por el pueblo de
estas regiones, que contemplaba como Dioses a los rubios extranjeros,
sintiéndose más inclinados a adorarlos que a combatirlos:
Todavía quedó en Celebes, una isla al Este de Borneo ,una tribu
montañesa llamada Toala, que es un resto de una de estas colonias.
También se expandieron por toda la península maláyica, las Filipinas,
las islas Liu-Kiu, el Archipiélago Oriental, Papua, las islas sobre la ruta a
Australia, y la misma Australia, a la sazón todavía densamente poblada por
lemurianos.
El Manu era soberano de todo el enorme Imperio, con sus múltiples
reinos; ya fuese que estuviese encarnado o no, los Reyes gobernaban en Su
nombre, y de tiempo en tiempo daba directivas para llevar a cabo la labor.
Las características generales de la Raza , y su civilización, bien corresponde que se
estudien. Empezando, como lo hizo, con cientos de miles de años de civilización
atlántica detrás de sí, y habiendo pasado miles de años bajo su propio Manu en
Arabia y Norte de Asia, de ningún modo era primitiva.
Toda la población. podía leer y escribir; todo trabajo era considerado
honorable, sin importar de qué se trataba, realizándoselo para el Manu. El
sentimiento de hermandad de la
Raza era especialmente cultivado, al igual que una
maravillosa igualdad fundamental y una cortesía mutua. Si bien el mérito
personal era reconocido plenamente había respeto y gratitud hacia la gente
mayor, y ausencia completa de autoimposición. La gente confiaba entre sí,
descontaba las buenas intenciones de los demás y por ello no había disputas.
Esto difería mucho de la elaborada y lujosa civilización atlántica, en la que
cada cual buscaba su propia comodidad y reconocimiento para sí, en la que la
gente se desconfiaba una a la otra, poniéndose mutuamente en tela de juicio.
Entre los arios bastaba la palabra del hombre; quebrantarla sería no ario.
Todos parecían conocer a muchísimas personas; de hecho, el conocer una
gran cantidad de personas era una de las calificaciones para que un hombre llegase
a ser dignatario.
Sin embargo, el sentimiento de hermandad no se extendía más allá de la Raza aria, como, por ejemplo,
hacia los turanios, que eran de una estirpe diferente, de cultura diferente,
arteros, astutos e inconfiables. Para con estos los arios demostraban una
reserva marcada y digna, aunque no eran hostiles para con los extranjeros ni
los desdeñaban. Se permitía que la gente de otras naciones estuviese sólo en
los patios externos de las casas; para el alojamiento de extranjeros, que eran
pocos, se habían dispuesto casas especiales y patios separados.
En el gobierno de la naciones extranjeras, si bien no eran crueles ni
opresores, empero eran severos y algo duros.
Un hombre era ario, un "noble", y este hecho le imponía
cierto código de conducta. Los hijos del Manu eran aristócratas, en el
verdadero sentido de la palabra, orgullosos de su alta progenie, y reconocían
plenamente lo que se les exigía. Para ellos nobleza obliga no era una frase
hueca.
La civilización era alegre y feliz, con mucha música, bailes y
diversiones; la religión consistía en oración y acción de gracias. La gente
cantaba constantemente himnos de loor y reconocía a los Devas detrás de las
fuerzas de la naturaleza. Cada mañana se entonaban cánticos jubilosos a las
Doncellas del Amanecer, y el Espíritu del Sol era el principal objeto del
culto.
Los cuatro Kurnáras eran considerados Dioses, y el pueblo evidentemente
sentía Su Presencia tan próxima a la naturaleza que eran sensitivos y
psíquicos. El planeta Venus también era objeto de culto, tal vez debido a la
tradición de que los Señores de la
Llama habían descendido de Venus. El mismo Cielo era adorado,
e incluso los Atomos como el origen de todas las cosas y manifestación de la Deidad en miniatura.
Una ceremonia anual puede servir de ejemplo de una de sus mayores
festividades religiosas.
Se celebraba el Día del Solsticio Estival en la Ciudad del Puente, el
Festival del Fuego Sagrado. Cantidades de hombres, mujeres y niños marchaban en
procesión a hora temprana por las calles que convergían en la media luna que
enfrentaba al Puente. Se hacían ondear banderas desde los edificios, se
adornaban las calles con flores, se encendía incienso, y la gente se vestía con
sedas de colores, a menudo pesadamente enjoyadas, llevando espléndidos
ornamentos de coral, coronas y guirnaldas floridas. Marchaban con el repique de
láminas metálicas y sonido de trompetas.
Cruzaban el Puente en silencio e ingresaban en la Sala central. Allí estaba el
gran trono, labrado en roca viva, incrustado en oro, ricamente enjoyado,
cubierto con símbolos áureos. Ante él había un altar en el que se amontonaban
maderas fragantes. Encima de esto un inmenso Sol de oro, una media esfera, se
proyectaba desde el muro. En lo alto de la bóveda el planeta Venus pendía en el
aire.
Cuando se reunía el pueblo, entraban los tres Manus, con sus mantos de
oficiantes, el Mahaguru (el futuro Gautama Buddha) estaba detrás de Vaivasvata;
detrás de él estaba Súrya (el futuro Señor Maitreya), y muy próximos al trono
los tres Kumaras. Arriba, en el aire, en un semicírculo, estaban los Devas de
color púrpura y plata brillantes, atentos, vigilantes.
Los que se hallaban alrededor del trono entonaban suavemente una
invocación para que el Rey se acercase a ellos. Sonaba una sola nota argentina,
llameaba el Sol de oro, y debajo de éste, precisamente sobre el trono,
destellaba una brillante Estrella. Aparecía el Señor supremo de la Jerarquía , sentado en el
trono, y todos caían sobre sus rostros, ocultando sus ojos del esplendor
cegador de Su Presencia.
El Rey suavizaba su resplandor de modo que todos pudiesen ver a Quien
era el Sanat Kumara, el "Virgen Eterno" en toda la. belleza de Su
juventud inmutable y al mismo tiempo el" Anciano de los Días". (Debe
notarse que el término sánscrito que se traduce como Virgen tiene terminación
masculina)
Extendía Sus manos hacia el altar, y el fuego llameaba sobre éste.
Luego El desaparecía; se desvanecía la Estrella , el Sol de oro
brillaba tenuemente, sólo ardía el Fuego. Luego los sacerdotes reservaban
fragmentos encendidos de madera para los altares de los diversos Templos.
Tanto a éstos como a los paterfamilias eran entregados dichos
fragmentos en vasos con tapas.
Volvían a formarse las procesiones y salían a la Ciudad con gran regocijo.
El fuego sagrado era colocado en los altares familiares, manteniéndoselo
encendido durante el año que seguía; de estos fuegos del altar se tomaban
tizones encendidos para quienes no habían podido asistir.
Algunas personas estudiaban con profundidad y lograban gran eficiencia
en la ciencia oculta, a fin de consagrarse a ciertas ramas del servicio
público. Se convertían en clarividentes y conseguían
controlar diversas fuerzas naturales, aprendían a crear formas de pensamiento y
a abandonar sus cuerpos a voluntad. Recordando los males de la Atlántida , los
instructores escogían a sus discípulos con gran cuidado, y uno de los
lugartenientes del Manu supervisaba las clases.
En lugar de los diarios, los clarividentes conseguían cualquier noticia
que se les requiriese, de cualquier parte del Imperio, como en los tiempos
modernos lo logramos mediante telegrafía inalámbrica o de otro tipo.
Ocasionalmente, si el Manu no podía inculcar Sus instrucciones en uno
de Sus remotos gobernantes, permitía que uno de los estudiantes entrenados
abandonase su cuerpo físico, viajase astralmente hasta el gobernante, se
materializase al llegar y entregase el mensaje. De este modo el Manu seguía
siendo el Gobernante real de todo el Imperio.
La escritura se efectuaba sobre diversas sustancias como, por ejemplo,
con un instrumento aguzado sobre una superficie de cera; después el escrito se
llenaba con un líquido que se endurecía.
Las máquinas eran más simples que en la Atlántida , y había más
trabajo manual. Evidentemente el Manu deseaba evitar el lujo extremo de la Atlántida.
Hacia el año 40.000
a .C. el Imperio empezó a declinar, y las islas y las
provincias exteriores afianzaron una independencia bárbara. El Manu todavía
encarnaba ocasionalmente, pero por lo común dirigía desde los planos
superiores. Sin embargo, el reino central siguió siendo espléndido en cuanto a
civilización durante otros 25.000 años y más, mientras las subrazas posteriores
se expandían en todas direcciones.
Capítulo XLVIII
( MW 275-282. )
La labor de desarrollar las cuatro subrayas, en los cuatro valles (véase pág.
230) tenía que empezar ahora. El Manu escogió del grupo de Servidores, que se
desarrollaran en la gran civilización Aria, unas pocas familias deseosas de
actuar como precursoras, de abandonar la Ciudad del Puente e internarse en el yermo para
fundar Su nueva colonia. Los escogidos, en su mayoría, están o estuvieron en la Sociedad Teosófica ,
siendo utilizados constantemente de este modo como pioneros; esa labor puede ser
ingrata, pero es necesaria, y para muchos resulta simpática.
En la tercera generación Marte y Mercurio nacieron entre los
descendientes de aquellos, y algunos del gran pueblo encarnaron para
especializar el tipo. Cuando encarnan los egos altamente desarrollados, el tipo
se ve como su mejor expresión, y la raza tiene su Edad Dorada.
Luego llegan egos más jóvenes, pero, por supuesto, no pueden mantener
ese mismo nivel elevado.
Quienes quedaron detrás en la
Ciudad del Puente pensaron que las personas que se dirigieron
al valle eran muy necias, pues la civilización existente era finísima y parecía
insensato marcharse para crear una nueva en un valle estéril. Además, la nueva
religión seguida por quienes moraban en el valle parecía cabalmente innecesaria
e inferior a la religión existente.
Durante algunos siglos la gente del valle aumentó y se multiplicó,
siguiendo la cuidadosa especialización, hasta que en el año 40.000 a .C. el Manu
decidió enviarla al mundo (vide Diagrama XLV, pág. 229).
Bajo el liderazgo de Marte, siguieron los pasos de sus predecesores
hasta Arabia, con la intención de arianizar a los árabes que, de todos los
atlantes, eran los más próximos a poseer las nuevas características.
Después el Manu en persona asumió el comando de Sus fuerzas, y obtuvo
permiso de un poder fuerte y amistoso, que a la sazón regía donde ahora están
Persia y Mesopotamia, para llevar Su hueste por una ruta cuidadosamente
custodiada.
En esta migración fueron llevados unos 150.000 hombres, sólo en edad de
luchar, junto con unas 100.000 mujeres y niños.
Dos años antes el Manu había preparado a los árabes para Su llegada con
el envío de mensajeros. Después de una pequeña oposición y perturbación, el
Jefe árabe permitió que los visitantes se radicasen en un gran valle desolado
en las fronteras de su territorio.
En corto tiempo irrigaron todo el valle, con una corriente que fluía
hasta su centro. En un año fue cultivada la tierra, obteniéndose buenas
cosechas. En tres años eran prósperos, autoabasteciéndose.
El Jefe árabe se puso celoso y se esforzó por inducir al Manu a que se
uniese a él para atacar a un enemigo vecino. El Manu se rehusó; el Arabe
entonces se unió con su otrora enemigo y procuró exterminar a los recién
llegados. Sin embargo, el Manu los derrotó y mató a ambos, y se erigió en
Gobernante de sus Estados combinados. Los pueblos derrotados pronto mejoraron
bajo el Manu, quien prontamente procedió a arianizarlos. Su reino prosperó y se
fortaleció más, pues absorbió una tribu tras otra, usualmente sin derramar sangre
y con el consentimiento de aquellas.
Antes de morir, cuarenta años después, el Manu gobernaba la mitad
superior de Arabia. La mitad del Sur se mantuvo apartada debido a un fanático
religioso (llamado Alastor en Las Vidas),
quien se sostuvo a las directivas del Manu, impartidas en la antigüedad,
prohibiéndoles el matrimonio con extranjeros. De manera que las tribus sureñas
se unieron para oponerse a su propio Líder, ahora reencarnado, convirtiendo Su
orden original en cuanto a la pureza racial en su grito de unión contra El.
El Manu había pretendido arianizar a estos descendientes de Sus viejos
seguidores, pero ellos sostenían con tanto vigor la idea de ser un pueblo
escogido que rechazaron sus propuestas. Se recordará que los judíos
descendieron de este pueblo, como ahora se verá más detalladamente.
( MW 282-289. ) Mientras proseguía esta larga lucha, el Mahaguru (el
futuro Gautama Buddha) llegó a la segunda subraza para darle la nueva religión
que El enseñara en Egipto, como reforma de la antigua fe allí prevaleciente.
Para este tiempo, hacia el año 40.000 a .C., en Egipto regía un Imperio
atlántico había alcanzado un estado elevadísimo de civilización; tenía Templos
inmensos, un florido ritual y una elaborada doctrina religiosa. Los egipcios
eran profundamente religiosos al igual que psíquicos.
Tenían espléndidas procesiones religiosas, y ceremonias de palpitante
realidad; todas las multitudes se arrebataban de apasionada emoción cuando
lloraban la muerte de Osiris y le pedían que regresáse.
El Maháguru llegó a este pueblo como Tehuti o Thoth, a quien los
griegos después llamaron Hermes. Su doctrina era la de la Luz Interior. “La Luz que ilumina a todo hombre
que llega a este mundo” fue una frase suya repetida en el cuarto Evangelio. “Yo
soy esa Luz”, les ordenó que repitiesen “esa Luz soy Yo”, “Esa Luz es el hombre
verdadero. . . La Luz
se oculta por doquier; está en cada roca y en cada piedra. . . La Luz es la vida de los hombres.
Para todo hombre -aunque hay espléndidas ceremonias, aunque hay muchos deberes
que el sacerdote debe cumplir, y muchos modos en los que debe ayudar a los
hombres- esa Luz está más cerca que todo lo demás, dentro de su mismo corazón.
Para todo hombre la Realidad
está más cerca que cualquier ceremonia, pues sólo tiene que volverse hacia
adentro, y entonces verá la
Luz. Ese es el objeto de toda ceremonia, y las ceremonias no
deben ser desechadas, pues no vengo para destruir sino para realizar.
Cuando un hombre conoce, va más allá de la ceremonia, va hacia Osiris,
va hacia la Luz , la Luz Amun-Ra , de la que
surgió todo, a la que todo retornará."
Y también decía: “Osiris está en los cielos, pero Osiris también está
en el corazón mismo de los hombres. Cuando el Osiris del corazón conoce al
Osiris de los cielos, entonces el hombre se convierte en Dios, y Osiris, otrora
reducido a fragmentos, nuevamente se unifica”.
El Faraón, el Monarca, dio esta divisa: “Busca la Luz ”, pues sólo podrá gobernar
bien el Rey que vea la Luz
en el corazón de cada uno.
Al pueblo dio este lema: “Tú eres la Luz. Que la Luz brille”. Este lema fue
inscripto en un pilón, en las puertas de las casas, y en reproducciones del
pilón confeccionadas con metales preciosos o arcilla. Otro lema favorito era
“Sigue la Luz ”, y
éste se convirtió después en: “Sigue al Rey”, expandiéndose hacia el Oeste y
convirtiéndose en el Lema de la Tabla Redonda. El pueblo decía de sus muertos:
“Se fue a la Luz ”.
Como se expresó, de Egipto el Mahaguru se dirigió a Arabia para enseñar
Su doctrina a la segunda subraza.
Volviendo a la historia de la
segunda subraza, después de algunos siglos sucedió en el trono un gobernante
más ambicioso, marchó hacia el océano y se proclamó Emperador de Arabia.
Sin embargo, una parte fanática de los sureños, bajo un profeta de
elocuencia ruda y encendida, protestó contra lo que consideraba el triunfo del
mal, abandonó su patria conquistada y se radicó en la costa opuesta de Somalía.
Allí esas gentes vivieron y aumentaron en número durante algunos siglos hasta
que se produjo una grave ruptura. El profeta gobernante, enamorado de una joven
negra, declaró audazmente que esto no
constituía infracción a la rígida orden que prohibía el matrimonio con
otras razas, siendo los negros moros esclavos y, por tanto más bien mercancías
y enseres que consortes.
Una minoría sustancial se rebeló contra este desmañado artificio de un
sacerdote licencioso, se constituyó en caravana, circundó el Golfo de Aden,
subió por la costa del Mar Rojo y se internó en territorio egipcio. El Faraón
se complació ante lo que le narraron y les dio un distrito remoto para que se
radicasen.
Un Faraón posterior impuso un tributo adicional, obligándolos a
trabajar más. Ofendidos por esto, emigraron nuevamente, esta vez a Palestina,
donde los conocemos como los judíos, que todavía mantienen la teoría de ser un
pueblo escogido.
(IL 11 404-407.) El k arma del rechazo dejó siempre, desde entonces, a
los judíos como una raza aparte; los mismos egos encarnaban una y otra vez en
esa estirpe en lugar de pasar de una raza a otra del modo usual. Es posible que
una percepción inconsciente de esta diferencia haya incidido en el trato que
los judíos recibieron de otras razas; ello tal vez también se deba, en parte,
al hecho de que, debido a la tradición de esa selección original por parte del
Manu, siempre tuvieron un sentimiento algo similar al de los Brahmanas, en el
sentido de que eran superiores al resto del mundo.
Originalmente eran una tribu nómade como los beduinos árabes, en gran
medida vivían del robo; su deidad era declaradamente tribal y combatía a los
dioses de las otras naciones, jactándose perpetuamente de ser superior a ellos.
Su exigencia de sacrificios de sangre da la medida de su carácter.
El que llevasen cautivos a Babilonia a muchos de estos pueblos
turbulentos era lo mejor que podía haberles sucedido, pues entonces entraron en
contacto con una raza altamente civilizada, y tuvieron noticias de un Dios
supremo. Procuraron identificar su propia deidad tribal, con este Ser Supremo,
y así causaron mucha confusión. Cuando regresaron del cautiverio, re escribieron
sus escrituras, introduciendo en ellas cierta mezcla de ideas superiores acerca
de una deidad suprema.
Debido a que el Fundador del Cristianismo tomó posesión de un cuerpo
judío, y como todos los primeros maestros de esa religión también fueron judíos,
en el Cristianismo se introdujo un concepto muy mezclado de un dios lleno de
características irreconciliables. Si los cristianos se hubiesen despojado de
los conceptos judíos primitivos, tomando las enseñanzas del Cristo, que hablaba
de la Deidad
como el Padre que está en los Cielos, se habrían evitado muchos trastornos de la Iglesia Cristiana.
( MW 289-292.) La mayoría, que quedó detrás en Somalía, fue arrasada
por cazadores de esclavos y después de perder miles de vidas, abandonó sus
hogares y emigró cruzando el Golfo de regreso a Arabia.
Fueron recibidos amistosamente y absorbidos muy pronto en la población
general. Se llamaban los “verdaderos árabes” aunque merecían ese título menos
que nadie. Incluso hoy en día hay una tradición de que los verdaderos árabes
desembarcaron en Aden y se expandieron hacia el Norte. y entre los árabes
hamiaríticos de la Arabia
del Sur puede verse todavía rastros de la mezcla de sangre negroide de hace
tantos miles de años. También hay una leyenda de que los árabes nostareb de la Arabia del Norte se
alejaron durante largo tiempo, internándose en Asia, mucho más allá de Persia,
y regresaron trayendo consigo muchas huellas de su estada en tierras
extranjeras.
La segunda subraza creció y aumentó durante muchos miles de años,
extendiendo su dominio sobre casi todo el Africa, excepto la parte en poder de
Egipto. Después invadió Egipto, y por breve lapso gobernó como los Reyes
hicsos; pero sus días florecientes fueron cuando gobernaron la gran isla de
Argelia, y fundaron un reino que incluía Matabeleland, el Transvaal y el
distrito de Lourenço Marques.
Los Servidores, después de varios nacimientos en Arabia, tomaron parte
en la construcción del Imperio Sudafricano. Marte fue allí el Monarca. Fueron construidas
ciudades del tipo macizo favorito, y enormes
templos; tenían una preciada civilización. Pero el abismo entre los nativos
africanos y los conquistadores árabes era demasiado ancho como para unirlo, y
los africanos siguieron siendo los obreros y sirvientes, mantenidos enteramente
en sujeción.
Los árabes también establecieron colonias en la Costa Occidental
de Africa, pero entraron en colisión con hombres de Poseidonis, ya su tiempo
fueron rechazados por completo.
Fue invadida Madagascar, el Imperio del Sur procuró ocuparla, pero sólo
logró mantener por un tiempo colonias en parte de la costa.
Cuando el gran Imperio Sumero-akkadiano de Persia, Mesopotamia y
Turkestán se disgregó finalmente en pequeños Estados y en desorden, un monarca
árabe lo combatió durante veinte años, constituyéndose en amo de las planicies
de la Mesopotamia
y de casi toda Persia, hasta el lago de Khorasán, donde ahora está el desierto.
Pero no logró conquistar Kurdistán ni las tribus montañesas.
Al morir, su hijo consolidó su Imperio en lugar de extenderlo. Se
mantuvo unido durante algunos siglos, pero los problemas dinásticos surgieron
en la misma Arabia, y el gobernador de Persia, primo del Rey árabe, se proclamó
independiente. La dinastía árabe por él fundada duró 200 años pero en medio de
guerra incesante.
Luego sucedió otra vez un período de agitación y de pequeñas tribus, y
de frecuentes ataques de los salvajes nómades del Asia Central.
Un Rey árabe, tentado por la fabulosa riqueza de la India , envió una flota para
atacarla, pero su flota fue destruida y sus hombres muertos o tomados
prisioneros.
Después del colapso final del Imperio árabe de Persia y Caldea, hubo
siglos de anarquía y derramamiento de sangre, se despoblaron los países y el
Manu decidió rescatarlos, enviándoles Su tercera subraza que estableció el gran
Imperio persa de los iranios.
( MW 315. ) A la subraza árabe a veces se la llama semita, nombre que
originariamente perteneció a la quinta subraza de los atlantes.
Capítulo XLIX
( MW 293-305. ) Transcurrió un intervalo de 10.000 años después del
envío de la segunda subraza antes que el Manu remitiera a la tercera. Esto nos
lleva hasta el año 30.000 a .C.
Para entonces la Ciudad
del Puente era grande todavía, aunque con esplendor decreciente.
Las personas de la tercera subraza habían sido preparadas durante
muchos siglos, separadas en uno de los cuatro valles hasta que evidenciaron un
tipo muy distinto. En Su selección original de la Atlántida , el Manu había
incluido una pequeña porción de los mejores de la sexta subraza atlántica, los
akkadianos, y ahora utilizaba a las familias que más preservaban de esa sangre
akkadiana enviando a encarnar en ellas a Su grupo de pioneros. Uno o dos de
éstos fueron enviados mucho más lejos para que trajesen una clase de sangre
akkadiana de su hogar natal, en los países más occidentales.
Las personas de la joven tercera subraza, al multiplicarse, eran más
pastoriles que agricultoras, cuidando grandes rebaños de ovejas, ganadovacuno y
caballos. .
El Manu que en esta ocasión modificara considerablemente Su apariencia
entró en- la subraza en su quinta generación, y permitió que el pueblo se
multiplicase durante unos 2000 años hasta que se dispuso de un ejército de
300.000 guerreros. Luego hizo encarnar a Marte, Corona y otros, aptos capitanes
de Su fuerza, y El Mismo dirigió el ejército, dejando a las mujeres y los niños
detrás, en el valle.
La ruta (vide Diagrama XLVI) atravesaba un país difícil, algunos de los
pasos de la cordillera Tian-shan, donde hace una curva en el distrito de
Kashgar, siendo de 1745 m
de altura. Parte del camino siguieron el curso de un río que atravesaba
quebradas y valles. El Manu introdujo su excelente ejército en Kashgar,
derrotando con facilidad a las hordas nómadas que se atrevían a atacarlo cuando
cruzaba sus desiertos. Las armas utilizadas eran lanzas y venablos largos y
cortos, espadas cortas y fuertes, hondas y arcos. Muchos pueblos, arrasados y
saqueados, a menudo expoliados y masacrados, dieron la bienvenida a un poder
que restauraría y mantendría el orden.
En dos años Persia fue invadida sin dificultad y luego sometida la Mesopotamia. Fueron
establecidos puestos militares en intervalos frecuentes, y el país se dividió
entre Sus jefes. Fueron construidos fuertes, primeros de tierra, después de
piedra, hasta que se creó sobre Persia una red defensiva para impedir los
ataques desde las montañas. No se efectuó intento alguno para conquistar a las
tribus belicosas, sino que prácticamente se las redujo dentro de sus
fragosidades y no se les permitió más que saqueasen a los pacíficos habitantes
de las planicies.
La tierra fue conquistada hasta el desierto hacia el Sur y hasta las
montañas kurdas, en el Norte. Cuando el país se afianzó y pacificó durante
algunos años, el Manu convocó a la vasta caravana de esposas e hijos dejados
detrás, en el valle.
Durante los cincuenta años siguientes, el Manu mantuvo el nuevo Imperio
bajo Su gobierno directo, visitándolo diversas veces, y designando como sus
Gobernadores a los miembros de Su familia. Fue sucedido por Marte, y Corona fue
el Rey independiente de Persia.
Desde está época la tercera subraza creció rápidamente en poder hasta
que, en unos pocos siglos, dominó toda el Asia occidental desde el Mediterráneo
hasta Pamirs, y desde el Golfo Pérsico hasta el mar de Aral.
La tercera subraza, cuando se estableció en Persia y Mesopotamia,
sumaba alrededor de un millón de personas, y éstas se multiplicaron
rápidamente, incorporando a su nación también a la dispersa población existente
en el país cuando ellas ingresaron en él.
Con ciertos cambios su Imperio duró hasta alrededor del año 2200 a .C., aunque en estos
28.000 años hubo naturalmente muchas fluctuaciones.
La mayor parte del tiempo Persia y Mesopotamia se hallaron bajo
gobernantes separados, de los cuales, a veces uno, otra veces el otro, era
nominalmente el Dominador. A veces ambos países se dividían en Estados más
pequeños, debido a una especie de floja obediencia feudal al Rey central. En
toda su historia tuvieron dificultades constantemente reiteradas con los
nómades mongol es por un lado y los montañeses de Kurdistán y los kush hindúes
por el otro. A veces los iranios rechazaban a los salvajes pero en otras
ocasiones debían retroceder ante ellos.
En un período gobernaron la mayor parte del Asia Menor y se
establecieron temporariamente en diversos países que bordeaban el Mediterráneo.
En un tiempo retuvieron Chipre, Rodas y Creta; pero en conjunto en esa parte
del mundo el poder atlántico era demasiado fuerte para ellos y evitaban entrar
en conflicto con aquél.
En el Oeste, en diversas épocas, entraron en conflicto con las
poderosas confederaciones escita e hitita. Al menos en una ocasión conquistaron
Siria, pero la abandonaron como inútil. En dos oportunidades se enzarzaron en
lucha con Egipto pero poco lograron contra éste.
Durante la mayor parte de este largo período mantuvieron un alto nivel
de civilización y muchas reliquias de su grande arquitectura yacen bajo las
arenas del desierto. Entre ellos surgieron varias dinastías y en su variada
historia prevalecieron varios idiomas diferentes.
Evitaron las hostilidades con la India , estando separadas de ella por un
territorio salvaje, una especie de tierra de nadie. Arabia los perturbó pero
poco, pues allí mediaba nuevamente un útil cinturón desértico.
Eran grandes mercaderes, comerciantes, manufacturadores, más afincados
que la segunda subraza, y con ideas religiosas más claras. Las mejores muestras
de parsis de la actualidad dan una excelente idea de su apariencia. Los
actuales habitantes de Persia tienen todavía mucha sangre de ellos, aunque en
gran medida mezclada con la de sus conquistadores árabes. Los kurdos, los
afghanos y los baluchis también descienden principalmente de ellos, aunque con
diversas mezclas.
En el año 29..700 a.C., el Mahaguru (el futuro Gautama Buddha) llegó a
la tercera subraza como el primer Zaratustra, fundando la Religión del Fuego. El
segundo hijo de Marte, el décimo de los Reyes que sucedió a Corona, fue
escogido como vehículo para el Maestro Supremo, el Bodhisattva. Súrya (el
futuro Señor Maitreya) era el Sacerdote
Principal en esa época, al frente de la religión del Estado, que era
una mezcla de culto de la
Naturaleza y de la Estrella ejerciendo inmensa autoridad, en parte
debido a su oficio y en parte debido a que era de sangre real. Mercurio había
sido entrenado desde la niñez para su gran destino.
El Mahaguru llegó de Shamballa en su cuerpo sutil y tomó posesión del
cuerpo de Mercurio. Una gran procesión se inició desde el Palacio Real hasta el
Templo principal de la ciudad; el Rey caminaba por la derecha, bajo un dosel
dorado; el Alto Sacerdote bajo un dosel enjoyado, por la izquierda; entre ellos,
llevado a la altura de los hombros, sentado en una silla de oro, estaba el
Príncipe. Tras hacer alto al pie de las gradas, frente a la puerta del Templo,
las tres figuras centrales ascendieron los peldaños, mientras el Príncipe, que
ahora era el Mahaguru, se hallaba en el centro.
Surya anunció que quien estaba allí ya no era el Príncipe, sino el
Mensajero del Altísimo y de los Hijos del Fuego que moraban en el Lejano
Oriente, de donde salieran sus antepasados. Como Jefe de su fe Le dio la
bienvenida humildemente.
Entonces el Mahaguru habló de Su misión, que Le confiaran los Señores
del Fuego, y les dijo que Les había traído un símbolo que deberían conservar
siempre en sus mentes. Les dijo que el Fuego era el más puro de todos los
elementos y el purificador de todas las cosas, y que de allí en adelante
debería ser para ellos el símbolo del Santísimo. Estaba corporizado en el Sol y
ardía aunque escondido, en el corazón del hombre. Era calor, luz, salud y
fortaleza, y en él y por él todas las cosas tenían vida y movimiento. Les dijo
cómo debían ver en todas las cosas la oculta presencia del Fuego.
Elevando Su mano derecha, brilló en ella una Vara que despedía
destellos por todos lados; señaló el Este con su Vara, gritó algunas palabras
en un idioma desconocido, y los cielos se convirtieron en una cortina de fuego.
El fuego cayó sobre el altar, en el que se amontonaran madera, resina e
incienso, y sobre Su cabeza brilló una Estrella. Los sacerdotes y el pueblo
cayeron sobre sus rostros, y Surya y el Rey se inclinaron reverentes.
Luego la procesión regresó al Palacio. El pueblo llevó a sus casas las
flores que llovieran del cielo cuando pasó el Fuego, y las conservaron como
herencias para sus descendientes.
El Mahaguru permaneció en la ciudad durante un lapso considerable,
dirigiéndose diariamente al Templo para instruir a los sacerdotes.
Les enseñó que el Fuego y el agua eran los purificadores de todo lo
demás y jamás debían ser contaminados, y que incluso el agua era purificada por
el Fuego: que el Fuego y el agua eran los dos Espíritus, siendo el Fuego la
vida y el agua la forma y mucho más.
Es posible que de esto surgiera la doctrina posterior de Ormuz y
Ahriman. Hay pasajes que muestran que el doble de Ormuz no era originalmente un
poder maligno, sino más bien materia, mientras Ormuz era Espíritu.
En torno al Mahaguru había una augusta asamblea de Maestros y otros
menos avanzados. Al partir dejó a éstos que continuasen con su doctrina.
Su partida fue tan dramática como Su primera prédica. Hablando desde la
gran plataforma por última vez (aunque el pueblo no sabía que lo fuese) inculcó
el deber de ganar el conocimiento y de practicar el amor, y pidió al pueblo que
siguiese y obedeciese a Surya, a quien dejó en Su lugar como Maestro. Luego les
dijo que se iba, los bendijo y, "elevando Sus brazos hacia el cielo de
Oriente, dio un grito; del cielo llegó una nube arremolinada y llameante, que
lo envolvió donde estaba y luego, girando, lo proyectó hacia arriba y hacia el
Este, desapareciendo.
Mercurio, que en su cuerpo sutil siempre permaneció cerca de El, a Su
servicio, regresó con El ante los Santos, y descansó en paz durante un lapso.
Después que se marchó, el culto de la Estrella no desapareció
de inmediato, pues el pueblo consideró Su doctrina como una reforma, no como
una sustitución, y todavía adoró a la
Luna , a Venus, a las constelaciones y los planetas. Pero el
Fuego se tenía por sagrado, como emblema del Sol, y la nueva religión más bien
envolvía antes que reemplazaba a la vieja. Gradualmente la Fe del Fuego se fortaleció más;
el culto de la Estrella
se retiró de Persia a Mesopotamia, donde quedó como fe dominante, asumiendo una
forma muy científica.
Allí la astrología llegó a su cenit y guió científicamente los asuntos
humanos, públicos y privados. Sus sacerdotes poseían mucho conocimiento oculto
y la sabiduría de los Magos se hizo famosa en todo Oriente.
En Persia la Religión
del Fuego triunfó, y después los Profetas continuaron la obra del gran
Zaratustra y construyeron la Fe
zoroastriana y su literatura, que perduraron hasta el presente.
Capítulo L
( MW 306-316. ) Para esta época la gran Raza Central distaba mucho de
su declinación, y el Manu había cuidado de preservar la dignidad, el poder y el
vigor en la semilla de las subrazas cuarta y quinta, a las que diera mucha
instrucción especial. El había separado, en uno de los cuatro valles, a algunas
de las familias más refinadas de la
Ciudad , y surgió en la colonia una división de clases, pues
el Manu entonces pugnó
por desarrollar ciertas características nuevas, por despertar la
imaginación y la sensibilidad artística, por animar la poesía, la oratoria, la
pintura y la música, y la gente que respondía a esto no podía efectuar labor
agrícola ni ningún otro duro trabajo manual.
Quienes demostrasen talento artístico eran reclutados de manera
correspondiente y se les impartía una cultura especial. También les enseñó a
ser entusiastas, y a consagrarse a sus líderes. El trabajo era un efectivo,
continuado durante muchos siglos, que las huellas especiales de los celtas
persisten hasta ahora.
El valle era manejado prácticamente como un Estado separado, y estaba
dotado, de diversos modos, de toda clase de artes.
Con el transcurso del tiempo la subraza se tornó algo infatuada,
considerando al resto del reino como lo que ahora llamaríamos
"incultos". Su vanidad estaba justificada, pues eran
extraordinariamente bellos, cultos y refinados en sus gustos, y con mucho
talento artístico.
Los Servidores no participaron en la fundación de las subrazas cuarta y
quinta. Trabajaban en muchos países, y pueden hallarse en las Vidas de Alción.
Diez mil años después de la salida de la tercera subraza, i. e., en el
año 20.000 a .C.,
se instruyó a la cuarta subraza para que siguiese por la frontera Norte del
Reino persa (vide Diagrama XL VI, pág. 244) , y que ganase para sí un hogar
donde ahora están las montañas del Cáucaso, que entonces ocuparan tribus
salvajes y depredadoras.
El Manu convino con el Monarca persa permitir el libre paso y el
alimento para la enorme multitud, y también envió con ella un fuerte ejército
que ayudase a someter a los montañeses. Ni siquiera así esta fue una tarea
fácil, pues aunque las tribus podían ser derrotadas sin problemas en una
batalla campal, con todo, en la guerra de guerrillas
eran antagonistas mucho más formidables.
Eventualmente se establecieron en el distrito de Erevan, sobre las
costas del Lago Sevanga. Aumentando grandemente en número, exterminaron a las
tribus o las sometieron, hasta que, a su tiempo, toda Georgia y Mingrelia
estaba en sus manos. En 2000 años ocuparon Armenia y Kurdistán, y después
Frigia, de modo que dominaron casi toda Asia Menor al igual que el Cáucaso. En
su hogar montañés florecieron y se convirtieron en una poderosa nación.
Su país estaba tan disgregado que era imposible la libre comunicación;
por ello más bien formaron una federación de tribus que un Imperio. Incluso
después que empezaran a colonizar la costa mediterránea, consideraban al Cáucaso
como su hogar, y en realidad era un segundo centro desde el cual la subraza
salió en busca de su gran destino.
Hacia el año 10.000
a .C., retomaron la marcha hacia el Oeste, viajando como
tribus, de modo que finalmente llegaron a Europa, su destino último, en olas
comparativamente pequeñas.
Las tribus dejaron detrás a muchos de sus miembros para que continuasen
su obra expansiva. Se casaron con otras razas, y sus descendientes, con alguna
mezcla de sangre semita, son los georgianos de hoy en día. Pero en ambos casos
toda la tribu emigró al nuevo hogar.
La primera parte que cruzó hasta Europa desde el Asia Menor estaba
constituida por los antiguos griegos, no los griegos de nuestra “Historia
Antigua”, sino sus antepasados, a veces llamados pelasgos. Platón menciona en Timeo y Critias, que los sacerdotes egipcios hablaban de un griego
posterior de la raza espléndida que precedió a su propio pueblo en su tierra.
El hecho de cómo rechazaron una invasión de la poderosa nación del Oeste que
hasta entonces lo subyugara todo, se desmenuzaba frente a estos griegos. En
comparación con éstos, los griegos de nuestra historia parecían pigmeos. De
éstos surgieron los troyanos que combatieron a los griegos modernos, y la
ciudad de Agadé, en Asia Menor, estaba poblada por sus descendientes.
Durante largo tiempo retuvieron la costa del Asia Menor y las islas de
Chipre y Creta, y todo el comercio de esa parte del mundo era transportado en
sus barcos. En Creta surgió una delicada civilización, que duró miles de años y
todavía florecía en el año 2800
a .C. Su principal fundador fue Minos, y fue uno de estos
griegos prístinos, incluso antes del año 10.000 a .C.
La causa final de su entrada definida en Europa fue un agresivo
movimiento de parte del Emperador de Poseidonis. Durante muchos siglos las
costas e islas del Mediterráneo estuvieron en manos de una cantidad de pequeñas
naciones, la mayoría de ellas etrurias y akkadianas, pero algunas semitas, que
usualmente eran pacíficos mercaderes. El
Emperador de Poseidonis, decidido a anexarlas, atacó con un gran
ejército y flota. Sometió a la gran isla de Argelia, y forzó a los pueblos a
rendirse. Egipto estaba a punto de someterse por carecer de un gran ejército
con el cual pudiese oponerse.
Sin embargo, los marinos griegos del Levante lo desafiaron; aunque sólo
tenía la mitad de su flota a mano, los atacó, y perdió sus barcos, de modo muy
parecido a como la Armada
española perdió cuando atacó a la inglesa. Los navíos griegos eran más
pequeños, más veloces de menos calado, y más fáciles de manejar que los pesados
barcos atlánticos. A los griegos también los ayudó el tiempo, de modo que la
derrota fue
aplastante.
Luego los atlantes atacaron con la otra mitad de su flota, y fueron
derrotados nuevamente, aunque esta vez con grave pérdida para los griegos. El
Monarca atlántico escapó y desembarcó en Sicilia donde se establecieran algunas
de sus tropas. Las nuevas sobre la destrucción de la flota animó a las
conquistadas poblaciones a rebelarse contra él, y debió abrirse paso luchando
hasta su tierra, atravesando todo el largo de Italia. Retirando sus
guarniciones al desplazarse, a su tiempo llegó a su propio reino en un barco
mercante.
Aunque prometió vengarse de los griegos, se rebelaron las tribus
descontentas en su propia isla, y jamás pudo emprender una agresión contra el
extranjero.
El triunfo de los griegos fortaleció inmensa mente su posición en el
Mediterráneo, y en el siglo siguiente establecieron sus comunidades en muchas
de sus costas.
En el año 9564 a .C.
la terrible creciente, creada por el hundimiento de Poseidonis, destruyó la
mayoría de las comunidades griegas, perjudicando gravemente al resto. El Mar de
Gobi y el desierto de Sahara se convirtieron en tierra seca, y tuvieron lugar
las más espantosas convulsiones.
Fueron enviados urgentes pedidos de socorro al país continental en el
Cáucaso, que fuera afectado solo ligeramente. A su tiempo se organizó el relevo
en gran escala.
Todas las comunidades griegas habían estado sobre la costa, y las
poblaciones del interior, aunque atemorizadas por los griegos, no siempre
habían sido amistosas. Cuando la mayoría de los griegos fue destruida por el
cataclismo, los pocos sobrevivientes fueron a menudo perseguidos e incluso
esclavizados por las razas del interior.
Cuando el fondo del Sahara se levantó, sus aguas se desbordaron a
través del abismo existente entre Egipto y Túnez, donde ahora está Trípoli el
interior sufrió poco, pero las costas, en las que se establecieran los griegos,
fueron destruidas. El Sahara se hundió otra vez gradualmente, y ahora surgió la
línea de una nueva costa, asumiendo la configuración que conocemos a lo largo
de la costa africana, la gran isla de Argelia se unió al continente, y formó
con la nueva tierra la costa Norte del Africa.
Casi toda la flota fue destruida, pero la energía de los griegos era
tan grande que en pocos años todos los puertos del Asia Menor trabajaban en
orden y flotas de nuevos barcos salían para restablecer las colonias y librar a
los griegos del yugo extranjero. Los griegos anexaron todos los mejores puertos
de la nueva línea costera, y desde entonces la mayoría del comercio de Egipto
estuvo también en sus manos, mientras el Mediterráneo siguió siendo
prácticamente durante siglos, un mar griego. Incluso transportaban sus
mercaderías hacia el Este, y una expedición llegó a Java, donde fundaron una
colonia, con la que se mantuvo una prolongada conexión.
Después los fenicios y los cartagineses dividieron el comercio del
Mediterráneo con los griegos. Los fenicios eran un pueblo de la cuarta Raza, derivado
de los semitas y los akkadianos (subrazas atlánticas quinta y sexta); los
cartagineses eran también akkadianos, entremezclados con árabes, y con unas
gotas de sangre negra.
La emigración de la cuarta subraza en Europa era casi continua, de modo
que no es fácil dividirla en olas distintas. Si contamos a los griegos como la
primera ola, los albanios pueden considerarse la segunda, y la raza italiana la
tercera, marchando estos dos a los países donde ahora se hallan.
Después de un intervalo llevó una cuarta ola de vitalidad asombrosa a
la que los etnólogos modernos aplican restringidamente el nombre de
"célticos". Esta pasó a ser la raza predominante en el Norte de
Italia, toda Francia y Bélgica e Islas Británicas, parte Occidental de Suiza, y
Alemania al Oeste del Rhin.
Los griegos de nuestra "Historia Antigua" eran una mezcla,
derivados de la primera ola, mezclados con los miembros de la segunda, tercera
y cuarta, y con una infusión de la quinta subraza, que descendieron desde el
Norte y se afincaron en Grecia. Estos fueron los que produjeron los raros y muy
admirados ojos azules y cabello dorado, que se hallan ocasionalmente entre los
griegos.
La quinta ola se perdió prácticamente en el Norte de Africa y
actualmente solo pueden hallarse vestigios de aquélla, muy mezclada con la
semita (quinta subraza atlántica) y la árabe, entre los beriberis, los moros,
los kabiles, e incluso los guanches de las Islas Canarias, en este último caso
mezclados con los tlavatlis.
La quinta ola se mezcló con la cuarta en la península española, y en
una etapa posterior, sólo hace unos 2000 años, contribuyó en último término con
los muchos elementos que iban a constituir a los irlandeses; pues a ella
pertenecieron los invasores milesios que se filtraron en Irlanda desde España
(algunos de ellos fundaron una dinastía de Reyes milesios en Francia) , y la
ligaron con curiosas fórmulas mágicas, como se explicará ahora.
Pero un elemento mucho más fino había ingresado anteriormente en
Irlanda desde la sexta ola, que abandonó Asia Menor, impulsándose hacia el
Noroeste hasta alcanzar Escandinavia, donde se entremezcló hasta cierto punto
con la quinta subraza, la teutónica. Llegó a Irlanda desde el Norte, y en la
historia se lo conoce como el Tuatha-de-Danaan, y a sus miembros más se los
menciona como Dioses que como hombres.
( IL II 394-401. ) Los Tuatha-de-Danaan eran bellos, de rostros
ovalados, de tez clara, en su mayoría de cabello oscuro, y de ojos de color
oscuro o casi violeta. A veces el cabello era más claro y los ojos grises, pero
el otro tipo era muy usual, y puede verse exactamente reproducido entre los
campesinos irlandeses de hoy en día.
Asimismo los Tuatha-de-Danaan estaban intelectual y espiritualmente más
adelantados que la raza mixta que hallaron en Irlanda, y el período en que
rigieron fue una suerte de edad dorada, tal como correctamente lo testimonia la
tradición. Irlanda era incuestionablemente la sede de una elevada civilización
y un centro de la filosofía, mientras Inglaterra estaba cubierta por densos
bosques y en un estado de relativo salvajismo.
Los milesios procedentes de España, que vencieron a los
Tuatha-de-Danaan, eran una raza más inferior todavía, aunque tenían la ruda
fuerza física de la juventud y mucho conocimiento de magia inferior. Sus
cabezas tenían forma de bala, eran arrugados ya menudo positivamente feos, con
cabello rojo claro o muy vivo; el tipo puede verse todavía entre los campesinos
del Sur de Irlanda, casi en su pureza original.
Hay una diferencia radical de tipo entre el estólido y prosaico anglo-sajón
y el irlandés imaginativo y poético. El campesino inglés corriente vive casi
enteramente en el plano físico. El campesino irlandés corriente, del Sur y del
Oeste, vive mucho en el plano astral. Sus pensamientos están usualmente muy
distantes, ocupados en leyendas del pasado, o en historias de santos, ángeles y
hadas.
Muy aparte de enojosas cuestiones políticas, hay otra causa de la
pobreza y carencia general de bienes por parte de los irlandeses. Los milesios
hechizaron a la raza, sometiéndola al encanto de una gran ilusión. Sus
sacerdotes cubrieron el país con una red de centros fuertemente magnetizados,
que incluso ahora radian una vigorosa influencia.
Muchedumbres de espíritus de la naturaleza, de cierto tipo, son todavía
irresistiblemente atraídos hacia estos centros, impregnados por su influencia,
e inconscientemente se convierten en sus ministros, expandiéndola por todo el
país, dondequiera vayan. El hechizo era doble -maldiciones de desunión y
letargia- de modo que nunca deberán efectivamente combinarse, sino que siempre
disputarían entre sí, sometiéndose apáticamente al dominio de quienquiera
ejerciese o heredase ese poder magnético. Consciente o inconscientemente, la Iglesia Católica
Romana entró en esta herencia y aprovecha de lo que todavía queda de ese
antiguo hechizo, de modo que su autoridad no es cuestionada en todos los
distritos de referencia.
( MW 316-319. ) En conjunto, la cuarta subraza tenía cabello y ojos
castaños o negros, cabezas redondas, y usualmente no eran altos. Su carácter
revelaba claramente el resultado de los esfuerzos del Manu, miles de años
antes, pues eran imaginativos, elocuentes, poéticos, musicales, capaces de
entusiasta devoción hacia un líder, y espléndidamente valientes, aunque
propensos a una rápida depresión en caso de fracaso. Parecían carecer de lo que
llamamos cualidades comerciales, y prestaban escasa consideración a la
realidad.
Después de la catástrofe del año 9564 a . C., algunos de los viejos griegos se
establecieron en la Hélade
y ocuparon el país. La primera ciudad en el sitio de la moderna Atenas fue
construida en el año 8000 a .
C. La Atenas
de nuestra historia había empezado hacia el año 100 a . C. y el Partenón fue
construido en el 480 a .
C.
Aquí el Mahaguru llegó a ellos como Orfeo, el Fundador de los Misterios
Orficos, de los que derivaran los posteriores Misterios de la Grecia. Llegó hacia
el año 7000 a .
C., viviendo principalmente en los bosques, donde reunió a Su alrededor a Sus
discípulos. Llegó como Cantor, amante de la vida de la Naturaleza , contrario a
las ciudades y a las atestadas moradas humanas.
Enseñó con cantos, con música vocalizada y con instrumentos, portando
un instrumento de cinco cuerdas, probablemente el origen de la lira de Apolo, y
usando una escala pentatónica. Mediante el sonido trabajaba sobre los cuerpos
astral es y mentales de Sus discípulos, purificándolos y expandiéndolos;
mediante el sonido separaba los cuerpos sutiles de los físicos y los liberaba
en los mundos superiores.
Su música era muy diferente de las secuencias, repetidas una y otra
vez, por las que se produjera el mismo resultado en la Estirpe-Raíz de la Raza , y que ésta llevase
consigo a Italia. Orfeo trabajaba mediante la melodía, utilizando la melodía de
cada centro etérico o chakra para ponerlo en actividad.
Mostraba a Sus discípulos cuadros vivos, creados mediante la música, y
esto era introducido en los Misterios Griegos del mismo modo, derivando de El
la tradición. Enseñaba que el sonido estaba en todas las cosas, Y que si el
hombre se armonizase, entonces la Armonía Divina se manifestaría a través de él,
contentando a toda la
Naturaleza.
Las tradiciones a Su respecto se expandieron en todas direcciones.
Se convirtió en el Dios del Sol, en Febo-Apolo, y en el Norte, en
Balder el Bello.
Así el Maháguru apareció a las subrazas sucesivamente como Vyasa,
Hermes, Zaratustra y Orfeo, y enseñó la doctrina del Sol, la Luz , el Fuego y el Sonido
respectivamente, que en total daban el mensaje único de la Vida Unica , del Amor
Unico.
Desde la Hélade
algunos discípulos se dirigieron a Egipto y fraternizaron con los maestros de la Luz Interior , y
algunos llegaron hasta Java.
Unos 7000 años después el Mahaguru llegó a Su antiguo pueblo por última
vez, alcanzó la
Iluminación final y se convirtió en un Buddha.
Capítulo LI
(MW 320-323. IL I 230-231. IPM
101-103. TPO 921.) Volviendo al
año 20.000 a .
C. descubrimos que la quinta subraza está preparada simultáneamente con la
cuarta, aunque de un modo diferente. Estaba separada en un valle distante de la Ciudad del Puente, en el
Norte del Mar de Gobi. Dentro de ella el Manu introdujo unos pocos de los
mejores especímenes de la tercera subraza, ahora cabalmente especializada en
Persia, y asimismo unos pocos semitas de Arabia.
Escogió especialmente hombres altos y rubios, y cuando El Mismo nació
reveló en Su cuerpo esas características de modo destacado. Se recordará que el
Manu inicia cada subraza tal como lo hace con la Raza-Raíz , encarnando en
ella; y la forma que elige determina en gran medida la apariencia de la
subraza.
La quinta subraza era fuerte y vigorosa, mucho más grande que la
cuarta, y era alta, rubia, de cabezas alargadas, con cabello claro y ojos
azules. El carácter era también muy diferente del de los celtas; eran
empecinados y perseverantes, con muy poco de la cuarta subraza. Sus virtudes no
eran del tipo artístico, sino más bien del tipo comercial y objetivo, franco,
veraz, sin pelos en la lengua y directo, cuidando más bien lo concreto que lo poético.
Las subrazas cuarta y quinta abandonaron juntas sus valles respectivos
en el año 20.000 a .
C., y juntas atravesaron Persia (vide Diagrama XLVII), aunque sus eventuales
destinos fueron muy diferentes.
La quinta subraza, pequeña en número, se desplazó por las costas del
Mar Caspio, y se estableció en Daghestán. Allí creció lentamente durante miles
de años, extendiéndose a lo largo de las pendientes de la Cordillera Caucásica ,
y ocupando los distritos de Terek y Kuban. Se diferenció en diversos tipos distintos,
y empezó su gran marcha hacia el dominio del mundo cerca de 1000 años después
del cataclismo del 9564 a .
C.
Como los pantanos de la Europa Central para entonces se tornaron
habitables, los emigrantes se desplazaron hacia el Noroeste hasta lo que ahora
es Cracovia, en Polonia. Allí permanecieron durante unos siglos, mientras la
enfermedad raleaba sus filas pues los pantanos no estaban lo bastante secos
como para vivir salubremente.
Fue principalmente de Cracovia que tuvieron lugar las radiaciones finales.
La primera fue la eslavónica; una parte fue hacia el Este y el Norte, y de esta derivaron en gran medida los
rusos modernos, la otra parte se dirigió más al Sur y es ahora representada por
los croatas, los servios y los bosnios.
La segunda ola fue la letona, aunque no llegó tan lejos. Nos dio los
letones, los lituanos y los prusianos.
La tercera fue la germánica; los llamados especialmente teutones se
expandieron por el Sur de Alemania otros marcharon al Norte y se convirtieron
en los godos y escandinavos.
En la historia moderna hallamos la descendencia de los escandinavos en
Normandía, la de los godos en el Sur de Europa y la expansión de la quinta
subraza en Australia, Norteamérica y Sudáfrica, y su dominio en la India , donde se estableció la Estirpe Fundamental
de su pueblo.
La quinta subraza todavía tiene que construir, como sus predecesores,
su Imperio Mundial, aunque esto ya empezó. El error del siglo XVIII que separó
las Colonias de Norteamérica de la Gran Bretaña puede remediarse mediante una reunión,
en una forma u otra, de las mitades separadas. Asimismo parece posible que una
alianza similar con
Alemania, la restante gran porción de la subraza teutónica, logre
soldar lo suficiente esa totalidad en una sola para constituir un Imperio
federado, pues parte del "Plan" que se realizará en muy corto plazo
es la unión de las diversas ramas de la subraza teutónica. Acontecimientos
posteriores demuestran el surgimiento de la India en su propio lugar en este Imperio
expandente, destinado a ser tan poderoso en Oriente como en Occidente.
Cuando este Imperio Mundial llegue a su cenit durante los siglos
venideros, el grupo compuesto por hombres de gran genio, mencionado en el
capítulo XXV (4), sería enviado para que encarne en él, la eleve hasta el
pináculo supremo de la gloria literaria y científica, hasta que descuelle sobre
los desvanecidos Imperios de los árabes, de los persas, de los romanos, de las
subrazas segunda, tercera y cuarta de la estirpe aria, y se eleve hasta una
altura más elevada todavía que la alcanzada por la Atlántida en sus tiempos
de mayor prosperidad. ( MW 139-140, TPO 623. )
( IL II 541-542. ) En la actualidad se le ofrece una magnífica
oportunidad a la raza anglosajona ya toda la subraza teutónica, si tan sólo
hunden sus rivalidades y celos y la aprovechan. Si desgraciadamente fracasasen,
hay ya otra nación escogida para asumir el centro que en tal caso caerá de sus
manos. Tal fracaso causaría una leve demora, mientras la nueva nación sea
impulsada rápidamente hacia adelante hasta el nivel necesario, pero al término
de unos pocos siglos se obtendría exactamente el mismo resultado. El fin
propuesto será logrado; a través de qué medio esto se hará, interesa muchísimo
a los actores, pero nada en absoluto al progreso total del mundo.
( IL I 216. ) Como se mencionó al hablar de la Raza atlántica, la palabra
sagrada de la Raza-Raíz
aria (o quinta) es Om, y la de la Raza Atlántica es Tau. Las palabras de las
Razas-Raíces tomadas en sucesión se dice que son sílabas de una sola palabra,
que es el verdadero Nombre sagrado.
( IL I 246. ) Cada Raza-Raíz tiene su propia cualidad especial que
deberá desarrollar. La de la quinta Raza-Raíz es el manas o mente -el tipo de
intelecto que discrimina, que nota las diferencias entre las cosas.
Cuando se desarrolla perfectamente, las diferencias se notan
calmosamente, sólo a los fines de la comprensión de ellas, juzgando la que es
mejor. En la etapa del semidesarrollo en que ahora estamos, la mayoría busca
las diferencias no tanto para entender cuanto para oponer, incluso, a menudo
para perseguir a quienes sostienen opiniones diferentes a las propias. Por
supuesto, esta etapa elemental terminará a su debido tiempo. ( SAL 70. ) La Raza aria está menos dominada
por las pasiones de
los sentidos, está más abierta a la influencia del manas y, de esa
manera, obtiene una captación más firme del conocimiento, un alcance
intelectual más vasto. ( ELF 15. ) Esta quinta Raza-Raíz está
desarrollando ese aspecto de la naturaleza Divina, conocido por los hindúes
como Chit, o Inteligencia.
Capítulo LII
EN LA INDIA : 18.800 a .C.
( MW 324-335. ) Desde 40.000
a . C. hasta 20.000 a . C. el gran Imperio había estado
declinando. Durante este período el Manu y su grupo inmediato habían trabajado
principalmente con las subrazas, en las que encarnaran. El Reino que se
centraba en torno a la Ciudad
del Puente ahora era pequeño; las razas mongólica y turania habían establecido
su independencia. La gente no construía más y vivía en las ruinas de lo que
crearan sus antepasados. Los egos más evolucionados encarnaban en las
subrazas, de modo que en el Estado Madre el nivel de erudición se hundió
firmemente. El comercio había caído casi a cero, y el pueblo se tornaba sólo
agricultor y pastoril.
En el año 18.800 a .
C., establecidas las subrazas, el Manu deseó llevar la Estirpe-Raíz a la India , la tierra escogida
para su ulterior evolución. La civilización de la India era atlántica, pero
ahora superlujosa y agotada, mientras las clases superiores toltecas eran
indolentes y egocéntricas. Sin embargo, quedaba mucho de una noble literatura,
y había una gran tradición del conocimiento oculto, y habría que conservarlas
para el futuro.
Se despilfarraba la riqueza del país y el espíritu guerrero había
muerto.
La remoción total de la
Raza desde Asia Central fue necesaria por tres razones: 1)
para que Shamballa quedase aislada; 2) para que la India se arianizase; 3) para
que la Raza no
se viese envuelta en el cataclismo venidero que alteraría grandemente al Asia
Central.
En la
Estirpe-Raíz se había producido un cisma, debido a que
algunos pertenecientes a ella habían contraído matrimonio con tártaros; estos
separatistas fueron rechazados hasta las colinas norteñas donde Marte era su
Rey. Informado en un sueño sobre ciertos planes del Manu, Marte, en 18.875 a . C., llevó a su
pueblo fuera de la India
(vide Diagrama XLVII, pág. 255) con un poco de lucha durante el trayecto, pues
aunque jamás atacó, a menudo sufrió ataques. Durante un tiempo gozó de la
hospitalidad de Viráj, que como Rey Podishpar regía sobre la mayor parte del
Norte de la India ,
consolidando la alianza mediante el matrimonio de la hija de Marte con el hijo
de Podishpar.
En ese entonces el Sur de la
India era un gran Reino bajo el dominio de Saturno, que
gobernaba como Rey Huyaranda o Lahira. Surya era el Alto Sacerdote bajo el
nombre de Byarsha; conocía de antemano la llegada de esta gente y de modo
acorde recibió la bienvenida del Rey, quien la ubicó en su tierra. Surya
también declaró que "los extranjeros de altas narices, procedentes del
Norte" estaban capacitados para ser sacerdotes y debían ejercer el oficio
en forma hereditaria. Quienes estuvieron de acuerdo llegaron a ser sacerdotes,
y fueron los antepasados de los Brahmanas del Sur de la India , viviendo como una
clase separada.
Otros contrajeron matrimonio con la aristocracia tolteca, arianizando
gradualmente a todas las clases superiores del país, de modo que el Sur de la India pasó a ubicarse
pacíficamente bajo el poder ario, y el segundo hijo de Marte fue elegido
después para ocupar el trono, cuando éste quedó vacante.
Desde esta migración en adelante todos los inmigrantes que llegaron a la India se dice que son de la
primera subraza, puesto que toda la Raza-Raíz , la antigua estirpe, pasó a la India.
Hacia el año 13.500
a . C. una misión paso del Reino del Sur de la India a Egipto, y la orden
provino del Jefe de la
Jerarquía a través del Manu. La expedición, bajo el mando de
Marte, viajó a través de Ceilán, por agua hasta el Mar Rojo, luego sólo por una
ría entró en Egipto, que entonces estaba altamente civilizado. Surya era, en
Egipto, un Alto Sacerdote, y aconsejó al Faraón que diese la bienvenida a los
inmigrantes. Después aconsejó al Faraón que casase a su hija con Marte,
nombrándolo su sucesor. Esto fue cumplido de modo que al morir el Faraón se
estableció una dinastía aria. Esta reinó gloriosamente durante muchos miles de
años, hasta el hundimiento de Poseidonis, cuando el pueblo egipcio fue llevado
a las colinas al inundarse Egipto. Sin embargo, la inundación se retiró
comparativamente pronto y el país se recuperó con rapidez.
La historia de Manetho trata aparentemente sobre esta dinastía aria;
aquel da la fecha de Unas, el último Rey de la quinta dinastía, como 3900 a . C., mas la
investigación oculta la convierte en 4030 a . C. Bajo los Faraones arios las Escuelas
de Egipto se tornaron aún más famosas, y durante largo tiempo dirigieron la
erudición del mundo. Desde Egipto la sangre aria fue introducida en diversas
tribus del Este de Africa.
El Manu, también envió colonos desde el Reino del Sur de la India hasta Java, Australia
y las islas de Polinesia, lo cual hace que la estirpe aria se observe incluso
hoy en día en los pardos polinesios, en contradicción con los melanesios.
Mientras tanto otra emigración de la Estirpe-Raíz se
estableció en Punjab. Otra se estableció en Assam y el Norte de Bengala. Una
expedición tuvo lugar en 17.520
a . C.; en parte llegó a su destino a salvo por la ruta
seguida por Marte en el año 18.875, mientras una parte más pequeña fue
aniquilada al tratar de penetrar en el Paso de Khyber.
En 17.455 Marte dirigió otra más, integrada por los hombres más fuertes
y vigorosos que pudo encontrar. Tras ubicar a mujeres y niños en un campo
fuertemente atrincherado entre Jammu y Gujranwala, Marte siguió hasta Delhi con
su ejército y construyó la primera ciudad en ese sitio imperial, denominándolo
Radipur, Ciudad del Sol. Cuando la ciudad estuvo lista, fueron llevados a ellas
las mujeres, los niños y sus guardias, empezando la vida de Delhi como capital.
En 15.950 a .
C. se inició una de las más grandes emigraciones; se formaron tres ejércitos
con Marte como Comandante en Jefe. El ala derecha cruzó el Tibet hasta Bhutan y
de allí pasó a Bengala, que sería el asiento de toda la expedición. El ala
central, bajo el mando de Marte, con Mercurio como segundo comandante, cruzó el
Tibet y Nepal, hasta Bengala. El ala derecha, bajo el mando de Corona, atravesó
Kashmir, el Punjab y lo que ahora llamamos Provincias Unidas; Corona necesitó
cuarenta años para construirse un Reino y no llegó a Bengala hasta que Marte,
que allí regía, era un anciano. Marte, con la ayuda de Vulcano, que se
estableciera en Assam, sometió a Bengala y fijó su capital en Bengala Central. En
esta emigración de largo alcance participaron diez que ahora son Maestros;
estos fueron: Marte, Mercurio, Vulcano, Júpiter, Brihaspati, Osiris, Urano,
Saturno, Neptuno y Viráj. Con ellos estuvieron muchos otros de los Servidores.
Desde entonces en adelante hubo constantes descensos en la India procedentes del Asia
Central, a veces meros grupos, otras veces grandes ejércitos; a menudo los
antiguos residentes resistían a los que recién llegaban, y los nuevos saqueaban
a los nuevos. Durante miles de años entró en la India una ola tras otra.
Algunos arios estudiaron filosofía de los toltecas, a quienes a veces
llamaron los Nagas. Las clases inferiores de los atlantes, en su mayoría los
morenos tlavatlis los llamaban Dásyas, mientras los negros lemurianos, a los
que consideraban con horror, los llamaban daityas y takshaks.
Hacia el año 9700 a .
C. el Reino del Asia Central quedó sin habitantes. Las convulsiones de 9564 a . C., redujeron a
ruinas a la ciudad del Puente, destruyendo la mayor parte de los Templos de la Isla Blanca.
Los últimos grupos de emigrantes no llegaron fácilmente a la India ; se demoraron en
Afghanistán y Baluchistán durante unos 2000 años y muchos fueron masacrados por
los rapaces mongoles. El resto encontró lentamente su rumbo hasta las llanuras,
ya densamente pobladas.
( MW 335. IL II 206-208. ) A fin de impedir que la sangre aria se
perdiese en la enorme mayoría de los atlantes y atlanto-lemurianos, el Manu
ordenó nuevamente el matrimonio mixto, ya este fin instituyó el sistema de
castas, hacia el 8000 a .
C. Al principio fundó sólo tres castas: brahmana o arios puros, blancos; rajana
o aria y tolteca, roja; y visch o aria y mongol, amarilla. De allí que las
castas se llamasen Varnas o
colores. Después todos los que no eran arios fueron llamados shudras,
pero incluso aquí a veces apareció una pequeña cantidad de sangre aria.
Muchas tribus montañesas son en parte arias; algunas son arias en su
totalidad, como los siaposh y las tribus gitanas.
( PM 82-83. ) En la construcción del sistema de castas el Manu fue
ayudado por miembros de las cuatro clases de Barhishad Pitris.
1) Los hijos de Bhrigu, del Globo A de la Cadena Lunar , que
tienen el cuerpo causal activo, son los Somapás, los Kavyas y los Saumyas;
ellos dieron sus chháyas o formas etéricas para el Súkshma Sharira típico
(cuerpo sutil) de los egos más avanzados, entonces listos para encarnar en la
casta Brahmana; 2) los hijos de Angiras, los Havishmats, con el cuerpo mental
activo, del Globo B, que dieron sus chháyas para los
Kshattriyas, la casta guerrera; 3) los hijos de Pulastya, los Ajapás,
con el cuerpo astral activo, del Globo C, que dieron sus chháyas para los
Vaisyas o casta mercader; 4) los hijos de Vashishta, a veces llamados los hijos
de Daksha, los sukálines, con el cuerpo etérico activo, del Globo D, que dieron
sus chháyas para los Shudras. Para el ojo clarividente se decía que el Súkshma
Sharira de cada casta era al punto reconocible
por su color dominante, debido a la densidad relativa de sus
materiales.
(MW 335-336.) Volviendo a los movimientos de la Estirpe-Fundamental :
una tribu salió por sí misma hacia un valle en el distrito de Susamir, donde
vivió olvidada del resto del mundo, llevando una vida pastoril primitiva
durante muchos siglos.
Hacia el año 2200 a .
C. surgió entre las tribus mongoles un gran líder militar, que devastó todo lo
que pudo alcanzar en Asia, destruyendo cabalmente, entre otros lugares, los
restos del Imperio persa. Por último el líder tártaro fue derrotado y
dispersadas sus hordas, pero dejó desolación detrás de sí.
En el lapso de unos cien años los arios del valle emigraron audazmente
hacia Persia. Estos fueron los voceros de Zend; su llegada tardía explicaba el
estado curiosamente inafianzado del país incluso en la época del último
Zoroastro. Algunos pertenecientes a la tercera subraza, que escaparon a la
masacre general, retornaron y se unieron a esta tribu; partiendo de estos
inicios se desarrolló el último Imperio Persa.
Capítulo LIII
( TPO 921. IPM 119. ) La sexta subraza de la Quinta Raza-Raíz
(Aria) ya empieza a existir rápidamente en Australia y América, con aislados
miembros en los países más viejos. Ya renacieron muchos de los muertos en la
reciente guerra, aunque hasta aquí nada indica que hayan abandonado sus países
anteriores a fin de llegar a tierras más nuevas. Probablemente tendrán que
enfrentar más dificultades debido a la presión de las viejas ideas ya las
costumbres conservadoras.
Muchos miembros de la actual Sociedad Teosófica renacerán en la nueva
raza, mientras otros preferirán quedarse y ayudar a llevar a la quinta subraza
a la perfección; otros, a su vez, acompañarán a los grandes genios que
ingresarán en la
Quinta-Raza en su punto más alto. Es posible que la sexta
subraza, en su humanidad, sea tan capaz que influya a la quinta subraza de modo
que, por primera vez, una raza tendrá una declinación serena y dignificada en
una edad fructífera y venerable. (MP 367. CW 215.) Puede ser que esa sea la
recompensa de la lucha entablada contra los poderes de las tinieblas, abriendo
posibilidades tales como la raza jamás conoció.
(MP 366-367.) Por supuesto, la forma del cuerpo, las emociones y la
mente deberán ser modificadas para adecuarse a la nueva subraza. Ya funciona en
los planos interiores el poder modelador de la mente y voluntad del Manu,
modificando el tipo físico de los niños de la nueva era, dondequiera sean
susceptibles de ello, si bien algunos de los miembros más jóvenes de la Hermandad , que trabajan
en el mundo externo, tienen
instrucciones de procurar a éstos, cuando sea posible, la educación e
instrucción que se adapte al nuevo tipo. (IPM 119-120.) Esta labor, que aun es
pequeña, está destinada a incrementarse hasta proporciones enormes, hasta que
dentro de unos pocos siglos surja la sexta subraza distinta y admirable,
mientras el mundo continúa, desarrollaron la quinta subraza hasta su madurez.
Por supuesto, la nueva raza tiene que construirse con la quinta
subraza, y las nuevas características requeridas se desarrollarán, una por una,
en los egos correspondientes. El proceso de preparación es largo, y puede
extenderse durante varias vidas.
( MP 368-370. ) Incluso en su culminación el tipo no será uniforme.
En general será una raza dolicocéfala, pero tendrá personas de cabellos
rubios u oscuros, de ojos azules o también pardos. Si bien los rasgos astrales
y mentales son los más importantes, en la mayoría de los casos puede efectuarse
una estimación sólo por la apariencia física. Tal vez las señales físicas más
marcadas sean las manos y los pies delicados y bien formados, los dedos
delgados y las uñas ovaladas, y en especial la finura de los dedos y del pulgar
cuando se los ve de costado. La textura de la piel es tersa, nunca tosca. Hay
tres tipos de rostro: el marcadamente oval con frente alta, el levemente menos
oval con frente ancha, y el prácticamente braquicéfalo; este último es raro.
(N. E. -Cráneo braquicéfalo es aquel en el cual el ancho es cuatro-quintos del
largo) Hay también una expresión distintiva que quien la busque pronto empezará
a reconocerla.
Las siguientes observaciones fueron efectuadas por el capitán Pape
cuando se dirigió a la
British Association en 1923, refiriéndose a lo que él llamara
la Raza
Austral-Americana : "La cabeza tiende a ser en forma de
cúpula, especialmente sobre la región frontal; el pelo y la piel son finos; los
ojos, luminosos, inteligentes, pero no grandes; el puente de la nariz apenas
desarrollado; los labios, sensitivos y móviles; cejas prominentes; gran
desarrollo del centro frontal; tipo de rostro algo triangular, pero no agudo;
fisiología general armónica, proporcionada, saludable, de ningún modo el tipo
de 'todo cerebro, nada de cuerpo'. La psicología de los niños de la nueva raza
se manifiesta como rápida respuesta a la simpatía, piedad ante el sufrimiento,
poder de comprender fácilmente los principios, rápidas intuiciones, perfección,
sensitividad, rápido sentido de la justicia, ausencia de inteligencia memorista
y repetidora, ansias de ayudar a los demás. También muestran disgusto hacia la
comida burda, y a menudo carecen de gran apetito en toda la línea. En otros
aspectos son niños normales, pero necesitan especialmente simpatía y maestros
comprensivos.
Una señal especial de la consciencia es el reconocimiento de la unidad,
la cualidad que llamamos Hermandad, que tiende a la compasión y el
renunciamiento. Esencialmente son las cualidades del espíritu las necesarias,
de modo que aunque haya menos desarrollo intelectual, eso no es lo que
principalmente se requiere, pues el espíritu unifica lo que el intelecto
divide. Creciendo de esto, habrá amplitud y liberalidad de tolerancia. Todo lo
que es estrecho y exclusivo todo lo que tiende a separar a uno de otro, lo que
enfatiza las diferencias en vez de las semejanzas, será la antítesis de la
nueva consciencia.
El sistema nervioso será más delicado, pero no necesariamente carente
de salud; pero al ser tan delicado, estará más sujeto a irritaciones y
dolencias, de modo que los niños pueden prestamente desequilibrarse y sufrir muy
anormalmente. De ahí que un medio circundante más amable y más armónico que el
que usualmente halla, por ejemplo, en muchas grandes ciudades, sea más deseable
para los niños de la nueva raza. Las condiciones separativas de la competencia,
la lucha, la clase, el antagonismo individual y comercial, son destructivas del
desarrollo del nuevo y más fino sistema nervioso, para el que deberá hallarse
algo más armónico a fin de que el nuevo tipo pueda evolucionar
satisfactoriamente.
( CW 216-218. ) La esencia de la acción en la sexta subraza será la
unión de muchos para lograr un solo objeto, no el dominio de quien compele a
los demás según su arbitrio. Quienes manden lo harán, no para ejercitar la
voluntad, sino por amor, simpatía y comprensión. La ternura será la señal del
poder, y se trabajará más bien con los demás que contra los demás. Los
precursores de la sexta subraza desplegarán espíritu de síntesis, siendo
capaces de unir la diversidad de opiniones y caracteres, de congregar a su
alrededor los elementos más disímiles unificándolos en una totalidad común. La
presencia de la debilidad, que en la quinta subraza es tan a menudo
provocativa, y que incita a la impaciencia, en lugar de esta excitará ternura y
protección. La simpatía débil y sentimental que acompaña a una naturaleza pobre
e indesarrollada no es compasión; en sí carece de poder de curación y de poder
de protección. La compasión verdadera puede dar ayuda, el sentimiento es guiado
por el conocimiento, el remedio es modelado por la comprensión. Como se dijo,
ésta será una destacada característica de la sexta subraza.
( CW 125. ) La nueva raza poseerá ciertos poderes psíquicos, y para
esto se desarrollará el cuerpo pituitario, dando así un sentido adicional, el
de conocer las emociones astrales en la ordinaria consciencia en vigilia.
( MP 404. ) Podemos decir, en general, que la sexta subraza introducirá
intuición y sabiduría, fundiendo todo lo que es mejor en la inteligencia de la
primera subraza y la emoción de la cuarta.
(TPO 574.) Al comienzo de este capítulo se mencionó que muchos seres
pertenecientes a la nueva subraza serán sacados de las filas de la Sociedad Teosófica.
El gran objeto de esa Sociedad no consiste tanto en proveer al desarrollo
mental, aunque éste tenga su importancia, cuanto a despertar responsividad a
las influencias búddhicas, cuando el amor intuitivo produzca armonía y
hermandad, y emplee el intelecto desarrollado para construir una nueva
civilización, basada en tales ideales. La Sociedad al estar en estrecha simpatía con los
planos superiores, es muy sensible a las fuerzas liberadas cuando llegue otro
"Hijo del Hombre", o Maestro del Mundo, a dar Su mensaje. La Sociedad recibe el primer
contacto de esta gran emanación y ésta le da nuevo ímpetu. Su obra aumentará y
se expandirá y esto se reflejará en incrementos adherentes
y en sentimientos fraternos.
Capítulo LIV
LAS RAZAS RAICES SEXTA Y SEPTIMA
(MW 339:349. IPM 101:118.) De acuerdo con el plan general, la sexta
Raza-Raíz se creará con la sexta subraza de la Quinta Raza-Raíz.
A su tiempo tomará posesión de un continente, que ahora surge
lentamente, fragmento tras fragmento, en el Pacífico. Muchos miles de años
después Norteamérica se despedazará, y la faja occidental, en la que será
fundada la Sexta
Raza-Raíz se convertirá entonces en la faja más oriental del
nuevo continente.
Mientras recién se está fundando la pequeña colonia, que será el germen
de la nueva Raza, la
Primera Raza estará en su cenit y allí se concentrará toda la
pompa y la gloria del mundo. La colonia será poca cosa a los ojos del mundo, un
conjunto de chiflados, consagrados servilmente a sus Líderes. ,
( MW 350. ) Marte (ahora el Chohan Morya) será el Manu de la Sexta Raza , y Mercurio
(ahora el Chohan Koot Hoomi) será el Bodhisattva.
(IL II 537.) Además de su objetivo primordial de expandir la verdad
oculta por todo el mundo, la Sociedad Teosófica tiene también, el objetivo
secundario de actuar como una red para retirar juntas a aquellas personas que
están suficientemente interesadas en el ocultismo, y poseen las calificaciones
necesarias algo especiales, para ayudar al
Manu en la fundación de Su nueva raza. Será necesaria una rigurosa
autopreparación, que implicará supremo renunciamiento y autoanulación; al igual que confianza completa en la sabiduría
de los Líderes.
( MW 346-348. ) Los estudiantes
del ocultismo saben que a veces es
posible, por medio de un alto tipo de clarividencia, ver el futuro,
ocasionalmente con considerables detalles. El obispo C. W. Leadbeater afirma
que por medio de esta facultad pudo ver gran cantidad de circunstancias de la
fundación de la Colonia
de la Sexta
Raza-Raíz. En
Man, Whence, How and Whither ofrece un relato sumamente interesante y
completo de lo que viera, y este capítulo fue recopilado de ese escrito.
La descripción que aquí se da está muy condensada, de modo que quienes
deseen más detalles deberán remitirse al texto original.
( MW 350. MW 353-355. ) La colonia o comunidad será fundada en
California Inferior, dentro de unos 700 años. Será comprado un predio grande y
bello, construyéndose, bajo la supervisión del Manu y Sus lugartenientes, un
magnífico grupo de edificios, éstos comprenderán un Templo central o catedral,
vastos edificios dispuestos como bibliotecas, museos y municipalidades, con quizá
400 moradas en su derredor. Se
instalará maquinaria muy complicada; los colonos pronto aprenderán a
crear y reparar cuanto necesiten, independizándose de esa manera del mundo
externo. Sin embargo, la comunidad se mantendrá en contacto con el resto del
mundo, familiarizándose con todos los nuevos descubrimientos, inventos y
perfeccionamientos en cuanto a maquinarias.
( MW 351. ) Encarnará el Mismo Manu, a fin de fijar el tipo físico de la Raza y alinearla con el
pensamiento-forma del Logos para la Sexta Raza. Después de unos 150 años la comunidad
sumará unos 100.000 seres, todos ellos, con pocas excepciones, descendientes
directos del Manu. El Mismo Manu tendrá doce hijos, uno nacido bajo cada signo
del Zodíaco. Por regla general las familias son grandes y no hay mortalidad
infantil. ( MW 355-356. )
(MW 356-357.) La comunidad paga una tasa nominal al gobierno general
del país, y en retorno se la deja casi enteramente sola, puesto que pronto
llega a autoabastecerse. Se la considera
popularmente con gran respeto; la vida de sus miembros júzgase bella e
interesante pero innecesariamente ascética y algo rara. Se admiten los
visitantes, pero
ningún miembro de la colonia puede casarse con quien no la integre.
( MW 357-361. ) Los miembros de la comunidad son una selección de una
selección; son perfectamente conscientes de la obra de su Manu y Líder, y están
cabalmente consagrados a ella, que es la fundación de la nueva Raza. Tienen en
El la más completa confianza posible, entrenándose integralmente para hacer a
un lado sus propias personalidades a fin de curnplir con los deseos de su Manu
con total fidelidad.
El poder del Manu no se discute; tiene un Concejo de cerca de una
docena de discípulos altamente desarrollados, algunos de ellos ya Adeptos
Asekha. Se efectúan constantemente nuevos experimentos a fin de aumentar el
bienestar y la eficiencia de la
Raza. Todos los miembros del Concejo pueden funcionar
libremente en los planos inferiores, al menos hasta el cuerpo causal. Por tanto
se hallan en sesión perpetua, en consulta incluso en el acto mismo de
administración.
No existen tribunales ni policía, pues no hay delitos ni violencia. El
único castigo sería la expulsión de la comunidad, y nadie correría el mínimo
riesgo de incurrir en tal pena. Como todos tienen al menos algún grado de
desarrollo psíquico, todos pueden ver por sí mismos algo del accionar de las
fuerzas con las que tienen que tratar y el avance enormemente mayor del Manu y
los demás Líderes.
( MW 363. ) La opinión religiosa corriente es lo que ahora llamamos
Teosofía, y gran parte de nuestro actual conocimiento rudimentario se entiende
ahora cabalmente en detalle. Los hechos de la vida después de la muerte y la
naturaleza de los mundos superiores son cuestiones de conocimiento experimental
para casi todos. Algunos siguen filosofía y metafísica superiores, pero la
mayoría prefiere expresar sus sentimientos religiosos en los diferentes
Templos, que ahora serán descriptos. Las personas son esencialmente práctica;
su ciencia y su religión están en perfecto acuerdo, inclinándose al único
objeto de servir al Estado. Muchos saludan al Sol naciente, pero lo consideran
un centro en el cuerpo de la
Deidad.
( MW 363-366. ) Los Devas participan en su vida religiosa y
habitualmente llegan hasta el pueblo, que extrae mucho beneficio del constante
intercambio e instrucción que proporcionan los Devas. Los Devas, de hecho,
trabajan regularmente bajo el Sacerdote Principal (el actual Chohan Koot Hoomi)
, que está a cargo supremo de la religión y la educación. Hay cuatro tipos de
servicios en el Templo y su manejo es función especial de los Devas.
La nota clave de los servicios religiosos consiste en proporcionar a
cada hombre la avenida de expresión a través de la cual ese hombre pueda llegar
más fácilmente a la
Divinidad , y ser alcanzado más fácilmente por la influencia
divina. Las cuatro clases de Templos trabajan a través del afecto, la devoción,
la simpatía y el intelecto, respectivamente.
El objeto es poner la cualidad prominente del hombre en relación activa
y consciente con la cualidad correspondiente del Logos, del que es una
manifestación. Cada servicio tiende a tener un efecto definido y calculado
sobre el hombre; los servicios para un año o una serie de años están ordenados
cuidadosamente respecto del desarrollo promedio de la congregación, y con la
idea de elevar a sus miembros hasta cierto punto.
(MW 366-374:380.) El Templo Carmesí, o del afecto, trabaja principalmente
mediante el color y afecta primordialmente a los cuerpos astrales y búddhicos
de los fieles. Es circular y, en una gran extensión, al aire libre. Los fieles
se sientan en el pavimento, con los ojos cerrados, y lo que se pretende es
calmar al hombre, recoger sus pensamientos y sintonizarlo con la atmósfera
circundante. Cuando comienza el servicio, el Deva se materializa, en una
espléndida forma humana, llevando ricas vestimentas carmesíes, sobre el ápice
de una pirámide o erección cónica filigranada en el centro de la construcción.
Luego el Deva hace fulgurar sobre su cabeza un conjunto de brillantes
colores que son un pensamiento en el colorido lenguaje de los Devas y que
sirven como texto o nota clave para ese servicio en particular.
Esto es inteligible al igual que físicamente visible para la
congregación.
Ahora cada persona imita el conjunto de colores del Deva, efectuando
una copia más pequeña en el aire, frente a sí misma. Entonces el Deva escancia
una corriente de influencia, a través de su propia forma colorida, que llega a
cada fiel y lo eleva a través de su propia forma colorida más pequeña.
Asimismo, a través del Deva oficiante se deja caer una corriente de influencia
desde un círculo de Devas superiores. Un mar de luz carmesí recubre el vasto
aura del Deva, se esparce sobre la congregación, y torna más activas las
emociones, evocando el supremo afecto del que son capaces. Luego el Deva
invierte la corriente de su fuerza, recoge en sí mismo todas las corrientes
ígneas y las hace pasar, como una vasta fuente, al círculo de los Devas que
esperan, quienes a su vez la pasan al Deva principal de su Rayo.
El Deva principal recoge corrientes similares de todas partes del
mundo, y las combina en un gran río que fluye en torno de los Pies de la Deidad. El Logos
responde instantáneamente, enviando al pueblo un torrente de poder a través del
Deva principal, a modo de bendición.
Esta, muy brevemente, es la práctica religiosa diaria, que afecta para
bien no sólo a los fieles individuales sino también al distrito circundante.
Asimismo, a veces el Deva da una especie de sermón cromático, en su
mayor parte sin palabras pronunciadas, con los colores que atraviesan una serie
de mutaciones, mostrando el efecto del amor sobre otro pueblo.
En todo el servicio se usa incienso de diversas clases, que actúa
principalmente sobre los cuerpos etéricos.
(MW 375-380.) Los Templos Azules o Devocionales trabajan principalmente
con el sonido, y el procedimiento general es muy semejante al del Templo
Carmesí, con música en lugar de color como elemento predominante. Cada persona
trae su propio instrumento especialmente magnetizado, algo similar a un arpa
circular, con cuerdas de metal brillante, sobre el que toca ya través del que
recibe la influencia espiritual.
Toda la atmósfera está sobrecargada por los Gandharvas o Devas-músicos,
de modo que todos los sonidos se multiplican, y para cada tono es creada una
gran cuerda de tonos altos y bajos, todos de belleza y dulzura que no son de
esta tierra. Los servicios del Templo Azul afectan principalmente a los cuerpos
astrales y búddhicos de las personas.
( MW 380-387. ) En los Templos Amarillos o Intelectuales se cumple un
servicio de idéntica estructura, construido sobre la creación de formas o
imágenes mentales; los efectos son producidos principalmente en los cuerpos
mentales y causales de los fieles, que se rinden ante el blanco calor de la
intelectualidad elevado hasta su poder supremo. Mediante la intensidad de la
actividad intelectual los fieles primero alcanzan la comprensión mental y
luego, mediante intensa presión, logran introducirse en el mundo de la
intuición, mientras algunos abandonan realmente el cuerpo y otros entran en una
especie de Samadhi.
( MW 388. ) En todos los Templos se hace mucho hincapié sobre la preparación
de la voluntad, y se demuestra destacadamente su efecto con el intenso
resplandor de los cuerpos causales; la voluntad reacciona también sobre los
cuerpos mentales e incluso el cerebro físico, que parece ser claramente mayor
que entre los hombres de la
Quinta Raza.
( MW 389-394. ) El Templo Verde, o de la Simpatía , puede
considerarse como el del Karma-Yoga, como el Azul y el Carmesí representan al
Bhakti-Yoga, y el Amarillo al Jñána-Yoga. El servicio del Templo Verde se
relaciona con la actividad práctica; los fieles trabajan. con los planos para
ayudar al mundo de numerosos modos, y están bajo la guía del linaje de los
Devas Curadores.
(MW 394-395.) Como se dijo, cada hombre trabaja a través del Templo que
en particular más le atrae, sin que haya diferencia de avance entre quienes
siguen una línea y quienes hacen lo propio con otra. Además, quienes
habitualmente asisten a un Templo, ocasionalmente visitan los otros. Pocas
personas no asisten a Templo alguno, pero por ello no se las considera irreligiosas
ni de modo alguno inferiores a las que asisten muy regularmente. Se trata
simplemente de una cuestión de temperamento, y hay completa libertad y
tolerancia.
( MW 396. ) El Chohan Koot
Hoomi, que, como se dijo, está a cargo
de toda la vida religiosa y educativa de la comunidad, visita todos los Templos
por turno, y ocupa el lugar del Deva oficiante.
( MW 397 -399. ) La educación es
considerada sumamente importante en la comunidad. Se emplea toda clase de
accesorios, como color, luz, perfume, sonido, forma, electricidad, y los Devas,
que participan tan grandemente en esa tarea, usan ejércitos de espíritus de la
naturaleza. Todos los maestros deben ser clarividentes, y son hombres y mujeres
indiscriminadamente. Los devas a menudo se materializan para dar
ciertas lecciones, pero no parecen estar solos a cargo de una escuela.
Como todas las personas son reencarnaciones inmediatas, en su mayoría
tienen alguna memoria de sus vidas pasadas, de modo que hasta los niñitos están
plenamente al tanto de la finalidad de la comunidad, esforzándose por controlar
sus nuevos vehículos lo más pronto posible.
( MW 400. MW 405-407. ) Se presta gran atención a la instrucción de la
imaginación, y se practica muy integralmente la visualización. La aritmética
está muy simplificada; se emplea universalmente el sistema decimal;
prácticamente todos los cálculos se realizan con libros de tablas o con
máquinas de calcular. El deletreo es fonético y la escritura algo parecida a
taquigrafía, que puede asentarse al menos tan rápido como habla una persona
corriente. El idioma es inglés aunque muy modificado.
Nadie aprende historia, a no ser aislados relatos interesantes, pero en
todas las casas hay un resumen de toda la historia. Se aprende geografía hasta
un punto limitado, principalmente con referencia a las razas y sus
características. En general nadie se preocupa por aprender lo que en un
instante puede convertirse en un catálogo, de manera que el esquema es
estrictamente utilitario.
Habitualmente un niño de doce años tiene en su cerebro el recuerdo
íntegro de lo que conoció en sus vidas anteriores; se usan talismanes para
ayudar al niño a recobrar su memoria de vidas pasadas.
(MW 407-411.) En los Templos hay servicios para niños, en los que
cantan y tocan instrumentos mientras realizan graciosas evoluciones.
También realizan en un lugar abierto una representación del movimiento
de los planetas alrededor del sol. Si bien se entretienen cabalmente con esto,
reconocen plenamente que esa es una función religiosa. Otra danza indica la
transferencia de la vida desde la Cadena Lunar hasta la Cadena Terrestre.
A los niños se brinda de este modo toda suerte de instrucción mitad como juego
y mitad como ceremonia religiosa. Estos niños, vestidos con tonalidades
delicadas pero brillantes, efectúan complicadas evoluciones que requieren mucha
instrucción práctica, y se entusiasman muchísimo con ello. Así la educación y
la religión están íntimamente ligadas de modo que es difícil diferenciar con
claridad una de la otra.
(MW 411-416.) La paternidad es una cuestión a convenir entre las partes
y habitualmente la muerte es voluntaria. Fue eliminada prácticamente la
enfermedad, de manera que, salvo raros accidentes, nadie muere sino por vejez,
y no abandona el cuerpo mientras sea útil. Nadie parece viejo al menos hasta
los ochenta años, y muchos superan el siglo de vida.
Cuando el hombre siente que sus poderes menguan escoge un padre y una
madre a quienes juzga apropiados para sí; si están de acuerdo, les entrega su
talismán personal y les envía algunos efectos personales que desea llevar a su
próxima vida. El talismán personal es habitualmente una gema, plenamente
impregnada con el magnetismo del hombre, y correspondiente a su nombre como un
ego -un nombre usado en muchos
casos en la vida corriente-. Cuando el hombre desea cesar de vivir,
meramente pierde la voluntad de vivir, y por lo general fallece pacíficamente
en un breve lapso mientras duerme. A menudo se establece con sus padres futuros
y muere en casa de éstos.
No hay ceremonia funeraria de ninguna índole; tampoco se reúnen los
amigos. El cadáver es colocado en una retorta y se lo reduce a un fino polvo
gris por medio de un ácido y de una energía parecida a la electricidad.
Por regla general las personas están kármicamente en libertad de elegir
su próximo nacimiento, aunque en raras ocasiones el Manu puede alterar el plan
si éste no cuenta con su aprobación.
Habitualmente los padres convienen en tener diez o doce hijos, por lo
general un número igual de niños y niñas; hay un intervalo de dos o tres años
entre los hijos sucesivos, y no son raros los mellizos o incluso trillizos. No
se ven personas impedidas ni deformes; no hay mortalidad infantil; el esfuerzo
del parto casi desapareció por completo.
( MW 416-419. ) Las personas se enamoran y casan para toda la vida,
como ahora, aunque incluso en esas cuestiones el deber para con la comunidad es
más fuerte que la preferencia personal. Han sido dominadas las pasiones
sexuales corrientes; la creación de cuerpos sanos para los hijos se considera
como un acto religioso y mágico, y el matrimonio como una oportunidad para ese
fin.
El matrimonio sólo tiene lugar con la sanción del Manu y es considerado
casi por entero desde el punto de vista del futuro vástago. A menudo una pareja
que desea casarse tiene dos o tres egos que esperan encarnar en sus hijos
futuros. El matrimonio es monógamo, no hay divorcio, aunque el contrato siempre
puede concluir por mutuo consentimiento.
En la mayoría de los casos continúa de por vida pero, si cesa, una y
otra parte quedan en libertad para formar otra alianza. Los vínculos más
fuertes son probablemente entre padres e hijos. Las personas del mismo tipo
habitualmente no se casan, a no ser que se desee producir hijos que sean
instruidos por los Devas para Templo en particular.
El máximo honor consiste en nacer en la familia del Manu, pero por
supuesto El escoge Sus hijos.
( MW 419. ) El Concejo sólo consiste en hombres y, bajo la dirección
del Manu, sus miembros efectúan experimentos en la creación de cuerpos nacidos
de la mente.
( MW 420-423. ) La Raza
es de color blanco, aunque algunos tienen el cabello y los ojos más oscuros y
una complexión española o italiana.
Ningún hombre mide menos de 1,28 m ., y las mujeres son casi iguales en
altura. Todos son musculosos y bien proporcionados, y preservan un porte
desenvuelto y gracioso incluso hasta la senectud.
Las comunidades, cada cual con sus Templos, edificios públicos y
escuelas, consisten en grupos de villas raleadas en medio de parques y
jardines.
Las casas y demás edificios por lo común están enteramente al aire
libre, aunque los espacios entre los pilares que sostienen el techo pueden
cerrarse mediante una sustancia que puede tornarse transparente a voluntad. Un
rasgo destacado son las cúpulas de muchas formas y tamaños.
En ninguna parte hay rincones; todas las habitaciones son circulares u
ovaladas. Cada casa está llena de flores y de estatuas, y hay agua en
abundancia por doquier. De noche se hacen brillar las cúpulas de las casas en
una masa luminosa, cuyo color puede modificarse a voluntad.
( MW 423-428. ) Hay pocos muebles; la gente se sienta y duerme en
almohadones sobre los pisos, que son de mármol o de otra piedra pulida.
La ropa es simple y graciosa, algo similar a la de la India o la antigua Grecia;
es exclusivamente hilo o algodón; ambos sexos usan por igual colores brillantes
y delicados. Por regla general no se usa nada en la cabeza ni en los pies.
La comunidad es enteramente vegetariana, y la mayoría come en
restaurantes al aire libre. La fruta, cultivada extensamente, se come en
abundancia, al igual que se preparan comidas que pueden conseguirse de muchos
colores y sabores.
Son destiladas enormes cantidades de agua de mar que luego se
distribuyen liberalmente. Para que el agua destilada sea fresca, espumosa y
potable se le pone los aditivos químicos necesarios.
( MW 428-429. ) Un accesorio permanente de cada casa es una vasta
enciclopedia que contiene prácticamente un resumen de todo lo que se conoce,
expresado claramente y con muchos detalles. En las bibliotecas de cada
distrito, adscriptas a cada Templo, hay una enciclopedia todavía más completa,
que contiene un resumen de todos los libros escritos sobre cada materia. En la
biblioteca central, cuya escala correspondería en dimensiones al Museo
Británico, pueden encontrarse los libros originales en idiomas antiguos como
así también traducciones inglesas en los abreviados caracteres de la época.
( MW 430-432. ) El diario es reemplazado por una máquina que es una
combinación de teléfono y grabador. A cada casa se envían noticias importantes,
pero resumidas, y cada cual puede obtener información completa sobre cualquier
cuestión llamando a la oficina central; entonces se le envía por el cable todo
el material de que se dispone, que se imprime en la casa. El mismo instrumento
se emplea para agregar complementos informativos a las enciclopedias que se
tienen en cada casa.
A veces el Manu promulga edictos o información hablando en el Templo
central. Sus palabras son reproducidas en todos los demás Templos
simultáneamente.
( MW 432-435. ) El estudio de los animales y plantas, por ejemplo,
jamás se realiza destruyendo sino mediante clarividencia. En los museos hay
estatuas de tamaño natural de todas las razas humanas que existieron en la Tierra , y asimismo de las
que hubo en otros planetas de esta cadena. Con cada estatua hay una descripción
completa, con diagramas, que demuestra de qué modo difieren los vehículos
superiores. Asimismo
se revela con modelos gran parte del futuro.
Como no hay enfermedades, el departamento médico no existe, aunque hay
cirugías para los raros casos de accidentes.
Hay un prolijo museo de toda clase de artes y artesanías existentes,
con modelos de todo género de máquinas, incluido muchos correspondientes a la
época atlántica.
La historia se escribe directamente desde los Registros Akáshicos, y se
ilustra mediante una precipitación de importantes escenas de estos Registros.
Hay una máquina que reproduce audible y visiblemente cualquier escena de la
historia que se requiera.
Existen observatorios astronómicos y también instrumentos indicadores
de posiciones en cualquier momento de los cuerpos celestes. Los Devas
proporcionaron mucha información astronómica, aunque ésta se mantiene
diferenciada de la obtenida mediante observación directa.
La química adelantó enormemente e incluye la esencia elemental; esto
conduce al departamento dilos espíritus de la naturaleza y los Devas.
En el departamento de talismanes cualquier persona sensitiva puede,
mediante psicometría, trascender los modelos y ver las cosas en sí mismas.
( MW 435-436. ) Los
disertaciones son reemplazadas, en gran medida, por información impresa. La
pintura se realiza sólo como recreación. Toda la vida está impregnada de arte,
hasta los objetos más simples son confeccionados bellamente. No hay teatros; el
arte histriónico es considerado arcaico e infantil. Las danzas con coros y las
procesiones son consideradas más bien ejercicios religiosos.
Tanto los hombres como las mujeres practican mucho los juegos, el
atletismo y la gimnasia.
Muchas cosas se realizan mediante el directo poder de la voluntad, y
los espíritus de la naturaleza participan destacadamente en la vida de la
comunidad. Los mensajes se envían telepáticamente, en especial mediante niños,
que habitualmente son más eficientes en el arte que los adultos.
( MW 437-439. ) Como ya se dijo, la comunidad prácticamente se
autoabastece, importando solamente antiguos manuscritos, libros y objetos
artísticos; éstos son pagados con el dinero introducido en la comunidad por
turistas foráneos y visitantes, pues la comunidad no usa dinero para sus fines
internos. Las gemas y el oro se fabrican mediante alquimia, ya veces se los
utiliza también para pagar los artículos importados.
Todos están en libertad de escoger qué trabajo realizarán para la
comunidad. La educación es gratis pero la instrucción universitaria se imparte
sólo a quienes pueden beneficiarse con ella y la necesitan para la labor que se
proponen emprender.
Cada persona recibe una cantidad de fichas que le dan derecho a comida
y ropa. Las máquinas son tan perfectas que, en las industrias textiles, por
ejemplo, son casi silenciosas, y las manejan principalmente jovencitas.
( MW 439-4.46. ) Para esta época todo el mundo renunció al uso del
calor para generar electricidad. Al principio se utilizó toda la energía
hidráulica para generar electricidad, que luego se transfería a enormes
distancias sin pérdidas. Después esto fue reemplazado con un método de utilizar
la fuerza de los átomos físicos -la fuerza que Keely llamó dinasférica- que es
suministrada gratis y en cantidades ilimitadas a todos en todo el mundo, para
todos los fines posibles. La suciedad fue eliminada prácticamente, de modo que
las fábricas son tan bellas y limpias como las casas particulares.
Se considera que tres horas son un buen promedio de trabajo diario; las
máquinas son en gran medida automáticas. En los restaurantes hay un sistema de
relevo para el personal. Hasta la cocina es principalmente automática y una
cuestión de apretar botoneras.
Ya no existe más el trabajo bajo ni sucio; ninguna labor es considerada
inferior a otra. Fue descartada la minería pues casi todo se logra mediante
alquimia. Se han inventado muchas nuevas aleaciones.
Toda la labor agrícola se realiza con máquinas, en su mayoría automáticas;
incluso las máquinas son fabricadas por otras máquinas. En lugar de cloacas,
cada casa tiene un convertidor químico que reduce todo a un polvo gris, algo
parecido a ceniza. No hay sirvientes, pues en la práctica no tendrían nada que
hacer. Cuando es necesario la gente se ayuda entre sí.
( MW 446-448. ) Hay poca
propiedad privada; el principio de la comunidad consiste en gozar de las cosas
sin poseerlas. Pero si un hombre desea procurarse algo, puede ganar los medios
para así hacerlo trabajando para la comunidad.
( MW 448-450. ) Los caminos no llegan a ser calles, pero atraviesan el
parque. La senda es de una sola pieza, la superficie es piedra bellamente
pulida, con un material parecido al granito y una superficie semejante al
mármol. Algunos senderos son color rosa pálido, otros verde pálido. Todas las
mañanas están inundados con agua y así se los mantiene muy aseados.
Como no hay sino piedra pulida y pasto, las personas andan descalzas; a
la entrada de cada edificio hay una canaleta de agua corriente para limpiarse y
refrescarse los pies.
(MW 45()-451.) Cada casa tiene varios vehículos livianos, de metal
filigranado, algo así como un coche de inválidos, con ruedas muy elásticas.
Corren a gran velocidad con suavidad perfecta, y por supuesto andan con energía
universal obtenida mediante carga de tomas energéticas. Hay poco transporte;
pesado. Aunque el resto del mundo usa máquinas voladoras, la comunidad más bien
desdeña la locomoción aérea, sabedora de que podría viajar en sus cuerpos
astrales: en la escuela se recibe un curso de lecciones sobre la proyección del
cuerpo astral.
( MW 452-453. ) El clima es casi ideal; en realidad no hay invierno.
Las flores son cultivadas universalmente; todo el país es irrigado hasta donde
no se lo cultiva. Las plantas que requieren calor adicional son rodeadas de
chorritos energéticos en su forma calorífera.
( MW 454-456. ) El resto del mundo también efectuó enormes adelantos.
Europa pasó a ser una Confederación, con un cuerpo central de representantes
que ajusta las cuestiones; los Reyes de los diversos países son sus Presidentes
rotativos. Estos cambios fueron provocados, hacia el siglo XX, por una
reencarnación de Julio César cuya obra en gran medida coincidió con la del
Maestro del Mundo. César persuade a todos los países a renunciar a la guerra ya
gastar el dinero, antes invertido en armamentos, en mejoras sociales, que
incluyen la abolición de los barrios bajos y la introducción de grandes mejoras
en todas las ciudades.
Tiene que ayudarle un conjunto muy capaz de personas, reencarnaciones
de Napoleón, Escipión Africano, Akbar y otros. Para la reunión preliminar de la Confederación
construye una sala circular con muchas puertas, de modo que todos entren a la
vez, sin que Potentado alguno preceda a otro.
(MW 456-457.) Todo esto se posibilita en gran medida debido a la nueva
era iniciada con la llegada y prédica del Maestro del Mundo.
Ahora la religión del mundo se funda en Su doctrina, aunque todavía hay
algunos restos de religiones antiguas, consideradas en general como más bien
fuera de época. Mejora grandemente el estado general de las cosas; hay una
fuerza reducida que se utiliza sólo con fines policiales; desapareció
prácticamente la pobreza; los barrios bajos son reemplazados por parques y
jardines.
( MW 457-458. ) El inglés alterado, escrito en una especie de
taquigrafía con muchos gramálogos, es el lenguaje universal comercial y
literario, y rápidamente reemplaza a los idiomas de los diferentes países. Los
libros, por ejemplo, están impresos en su mayoría en inglés, y el mismo plan es
adoptado en todo el mundo. La civilización se esparció por todo el mundo, de
modo que en' realidad no se ven salvajes.
(MW 458-460.) Cada nación todavía mantiene su orgullo pero no teme ya a
los demás; no hay sospecha y por ello existe una fraternidad mucho mayor. Se
reduce el delito porque la gente sabe más y principalmente porque está mucho
más contenta.
La nueva religión se expandió vastamente, y su influencia es vigorosa;
es enteramente científica, de modo que religión y ciencia, aunque separadas, ya
no se enfrentan. La gente discute sobre las diferentes clases de comunidad
espiritual y disputa sobre si es seguro escuchar a cualquiera que se aparezca y
no a los autorizados y garantizados por las autoridades ortodoxas de la época. .
Existen escuelas por doquier, pero no bajo control de la Iglesia , salvo para la
instrucción de predicadores. Al no haber pobreza no hay necesidad de
filantropía. Los hospitales son instituciones del Gobierno.
Están controladas todas las necesidades de la vida de modo que no hay
graves fluctuaciones en su precio. Los artículos suntuarios los objetos
artísticos y demás, todavía están en manos del comercio privado.
Gran parte de la tierra corresponde nominalmente al Rey; puede
descender de padre a hijo, pero sólo con el consentimiento de las autoridades.
La minería está muy reducida; muchas viejas minas del Norte de Europa se usan
como sanatorios para afecciones consuntivas, bronquiales y demás, debido a su
temperatura equilibrada. Los metales son extraídos de grandes profundidades;
casi toda la labor se realiza con máquinas. El hierro se obtiene con muchos
menos trastornos que antes.
( MW 460-464. ) En Inglaterra todo el poder real está en manos del Rey;
no hay parlamento, pero hay algo de la naturaleza del referéndum.
Todos tienen derecho a efectuar peticiones que reciben pronta atención.
La monarquía es todavía hereditaria; el Imperio Británico reconoce al único
Rey. Algunos Gobernadores Coloniales retienen sus cargos por herencia y semejan
Monarcas tributarios.
Por doquier fueron abolidos el fuego y el humo. La mayoría de las cosas
parecen ser provistas partiendo del principio de girar una llave gracias a la
introducción de la energía universal. Las ciudades, aunque más grandes, no
están tan abigarradas, y cuentan con más parques y jardines. El sistema
irrigatorio de Holanda fue mejorado enormemente; toda el agua es cambiada
diariamente y desagotada en el mar. Tinturas, comestibles y otros artículos se
obtienen mediante destilación de agua marina. Los árboles tropicales crecen en
las calles; se mantienen calientes mediante un flujo de energía en su aspecto
calorífero.
Al principio las calles estaban techadas y calefaccionadas, pero al
introducirse la energía ilimitada fueron abolidos los techos. China no parece haber modificado muchísimo su
civilización aunque hay mucho cambio superficial.
Tibet se franqueó, y es accesible a máquinas voladoras, aunque éstas
incluso tienen dificultades a veces debido a la rarificación del aire a gran
altura. El Africa Central se convirtió en una especie de Suiza con muchos
grandes hoteles.
( MW 464-466. ) Todavía existe la Sociedad Teosófica
y se consagra principalmente a sus Objetivos segundo y tercero; el primero fue
logrado en gran proporción. Tiene una gran Universidad central, con centros
subsidiarios en diversas partes del mundo. El actual Cuartel central es
reemplazado por un espléndido palacio con una cúpula enorme, la parte central
es imitación del Taj Mahal, pero mucho mayor. Hay un departamento especial para
la química oculta, con bellos modelos. Todavía existe La
Doctrina Secreta , transcripta en el idioma universal.
de los 100.000 miembros de la Comunidad pasaron por la Sociedad Teosófica ,
queda todavía una enorme Sociedad para llevar a cabo la obra en Adyar y en
otros centros de todo el mundo.
( LII 535. ) En la vida de la Comunidad habrá espacio para las inteligencias
más agudas, para los máximos ingenios y capacidades en todo sentido. Pero todo
esto será inútil sin la capacidad de obediencia instantánea y cabal confianza
en los Maestros, los cuales ordenan todo el plan y guían todo con sumo cuidado.
Quienes se unen a la
Comunidad tendrán que encarnar una y otra vez en rápida
sucesión, procurando en cada ocasión aproximar más sus cuerpos al modelo fijado
ante ellos por el Manu. Esta es una parti fatigosa y ardua del trabajo, pero
absolutamente necesaria para el establecimiento del nuevo tipo de humanidad
requerida por la Raza.
( MW 475-476. ) La oportunidad de cooperar en esta tarea está franqueada a todos.
(IL 11280-281. T. 88.) Lo antedicho es sólo un relato de/los inicios de
la sexta Raza-Raíz; guarda casi la misma proporción con la vida de toda la Raza como el agrupamiento de
unos pocos miles sobre la costa del mar que bañaba la parte Sudeste de Ruta lo
guardaba con la gran Raza-Raíz quinta que ahora dirige al mundo. No se sabe
cuánto estará hasta que América sea despedazada por terremotos y erupciones
volcánicas, y surja un nuevo continente en el Pacífico para ser hogar de la Sexta
Raza. Gradualmente se elevará el nuevo continente, y la tierra que
fuera una vez Lemuria surgirá de su prolongado sueño y una vez más estará bajo
los rayos del sol; pues el continente de la Sexta Raza-Raíz
ocupará, a grandes rasgos, el sitio de Lemuria.
Por supuesto, la sexta Raza-Raíz tendrá sus siete subrazas, y de la
séptima subraza serán escogidos los gérmenes de los que será creada la séptima
Raza-Raíz. Por supuesto esta será la labor del Manu de la séptima Raza-Raíz, y
El también hará los arreglos para las siete subrazas usuales en Su Raza-Raíz.
Pero de ese trabajo nada se sabe todavía.
( ELF 18. ) La séptima Raza-Raíz se preocupará especialmente del
desarrollo del Sat, o existencia pura, del aspecto de la Vida Divina , conocido
también como el Padre, el Creador y el Destructor, y por los hindúes como el
Matádeva.
Una vez que la séptima Raza haya cumplido su ciclo. la Tierra quedará vacía -salvo
para el núcleo usual que queda detrás- y la principal corriente vital pasará a
Mercurio. Allí la vida será algo menos material que la de la Tierra , y el nivel promedio
de la consciencia puede extenderse algo más, puesto que entonces la humanidad
corriente poseerá lo que ahora se llama visión etérica.
Desde Mercurio la corriente vital pasará, en el curso habitual, de los
Globos F y G. Después de eso empezará nuevamente la quinta ronda, que a su
debido tiempo será seguida por las rondas sexta y séptima, después de lo cual
nuestra cadena terrestre se desvanecerá, para ser sucedida por otra cadena: la
quinta de la serie.
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