Escritos del libro “El Kybalión”, de
autor anónimo
LOS
SIETE PRINCIPIOS HERMÉTICOS
Resumen
introductorio
Ningún conocimiento oculto ha sido
tan celosamente guardado como los fragmentos de las enseñanzas herméticas, los
que han llegado hasta nosotros a través de las centurias transcurridas desde
los tiempos del Gran Fundador, Hermes Trismegisto, "el elegido de los
dioses", quien murió en el antiguo Egipto, cuando la raza actual estaba
en su infancia. Contemporáneo de Abraham y, si la leyenda no miente, instructor
de tan venerable sabio, Hermes fue y es el Gran Sol Central del Ocultismo,
cuyos rayos han iluminado todos los conocimientos que han sido impartidos
desde entonces. Todas las bases fundamentales de las enseñanzas esotéricas que
en cualquier tiempo han sido impartidas a la raza son originarias, en esencia,
de las formuladas por Hermes. Aun las más antiguas doctrinas de la India han
tenido su fuente en las enseñanzas herméticas…
El estudiante de religiones
comparadas puede fácilmente percibir la influencia tan grande que las
enseñanzas herméticas han ejercido en todas las religiones, sea cual fuere el
nombre con que se les conozca ahora, bien en las religiones muertas o bien en
las actualmente existentes. La analogía salta a la vista, a pesar de los puntos
aparentemente contradictorios, y las enseñanzas herméticas son como un
conciliador de ellas…
En esta obrita hemos
tratado de daros una idea de las enseñanzas fundamentales de "El
Kybalión", indicando todo cuanto se refiere a los principios actuantes,
dejándoos el trabajo de estudiarlos, más bien que el de tratarlos nosotros
mismos en detalle. Si sois verdaderos estudiantes o discípulos, comprenderéis
y podréis aplicar estos principios, si no, debéis desarrollaros, pues de otra
manera las enseñanzas herméticas no serán para vosotros sino "palabras,
palabras, palabras".
LOS TRES
INICIADOS
"Los principios de la verdad son siete: El que
comprende esto perfectamente posee la clave mágica ante la cual todas las puertas
del Templo se abrirán de par en par".
EL KYBALION
Los siete principios sobre los que se
basa toda la Filosofía Hermética son los siguientes:
1.
El Principio del Mentalismo
2.
El Principio de Correspondencia
3.
El Principio de Vibración
4.
El Principio de Polaridad
5.
El Principio del Ritmo
6.
El Principio de Causa y Efecto
7.
El Principio de Generación
1. EL PRINCIPIO DEL
MENTALISMO
"El TODO es Mente; el universo es mental".
EL KYBALION
Este principio encierra la verdad de
que "TODO ES MENTE".
Explica que el TODO, que es la realidad sustancial que se oculta detrás de
todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo los nombres de
"universo material", "fenómenos de la vida",
"materia", "energía", etc., y en una palabra, todo cuanto
es sensible a nuestros sentidos materiales, es espíritu, quien en sí mismo es
incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente
infinita, universal y viviente. Explica también que todo el mundo fenomenal o
universo es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y
tenemos nuestro ser. Este principio, al establecer la naturaleza mental del
universo, explica fácilmente los varios fenómenos mentales y psíquicos que
tanto han preocupado la atención del público, y que sin tal explicación no son
comprensibles y desafían toda hipótesis científica. La comprensión de este
principio hermético de mentalismo habilita al individuo a realizar y conocer la
ley que rige el universo mental, aplicándola a su bienestar y desarrollo. El
estudiante de la Filosofía Hermética puede emplear conscientemente las grandes
leyes mentales, en vez de usarlas por casualidad o ser usado por ellas. Con la
clave maestra en su poder, el discípulo puede abrir las puertas del Templo del
conocimiento mental y psíquico y entrar en el mismo libre e inteligentemente.
Este principio explica la verdadera naturaleza de la energía, de la fuerza y de
la materia, y el cómo y el porqué todas estas están subordinadas al dominio de
la mente. Uno de los antiguos Maestros escribió, largo tiempo ha:
"EL QUE COMPRENDA LA VERDAD DE QUE EL UNIVERSO ES MENTAL, ESTÁ MUY
AVANZADO EN EL SENDERO DEL ADEPTO".
Y estas palabras son tan verdad hoy
en día como lo eran cuando fueron escritas. Sin esta clave maestra el adeptado
es imposible, y el estudiante que no la posea, en vano llamará a la puerta del
Templo.
2. EL PRINCIPIO DE
CORRESPONDENCIA
"Como arriba es abajo; como
abajo es arriba".
EL KYBALION
Este principio encierra la verdad de que hay siempre una cierta
correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser
y de la vida, y el antiquísimo axioma hermético se refiere precisamente a
esto, y afirma: "Como arriba es abajo; como abajo es arriba", y la
comprensión de este principio da una clave para resolver muchos de los más
oscuros problemas y paradojas de los misteriosos secretos de la Naturaleza.
Hay muchos planos que no conocemos, pero cuando aplicamos esa ley de
correspondencia a ellos, mucho de lo que de otra manera nos sería
incomprensible se hace claro a nuestra conciencia. Este principio es de
aplicación universal en los diversos planos, mental, material o espiritual
del Kosmos: es una ley universal. Los antiguos hermetistas consideraban este
principio como uno de los más importantes auxiliares de la mente, por cuyo
intermedio se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido a nuestra
vista. Su aplicación puede desgarrar un tanto el Velo de Isis, de tal manera
que nos permita ver, aunque más no sea, algunos de los rasgos de la diosa. De
igual manera que el conocer los principios de la geometría habilita al hombre
para medir el diámetro, órbita y movimiento de las más lejanas estrellas, mientras
permanece sentado en su observatorio, así también el conocimiento del principio
de correspondencia habilita al hombre a razonar inteligentemente de lo
conocido a lo desconocido; estudiando la mónada se llega a comprender al
arcángel.
3. EL PRINCIPIO DE
VIBRACIÓN
"Nada está inmóvil; todo se
mueve; todo vibra".
EL KYBALION
Este principio encierra la verdad de
que todo está en movimiento, de que nada permanece inmóvil, cosas ambas que
confirma por su parte la ciencia moderna, y cada nuevo descubrimiento lo
verifica y comprueba. Y, a pesar de todo, este principio hermético fue
enunciado cientos de años ha por los Maestros del antiguo Egipto. Este
principio explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la
materia, de la fuerza, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son
sino el resultado de los varios estados vibratorios. Desde el TODO, que es
puro espíritu, hasta la más grosera forma de materia, todo está en vibración:
cuanto más alta es esta, tanto más elevada es su posición en la escala. La
vibración del espíritu es de una intensidad infinita; tanto, que prácticamente
puede considerarse como si estuviera en reposo, de igual manera que una rueda
que gira rapidísimamente parece que está sin movimiento. Y en el otro extremo
de la escala hay formas de materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece
también estar en reposo. Entre ambos polos hay millones de millones de grados
de intensidad vibratoria. Desde el corpúsculo y el electrón, desde el átomo y
la molécula hasta el astro y los universos, todo está en vibración. Y esto es
igualmente cierto en lo que respecta a los estados o planos de la energía o
fuerza (la que no es más que un determinado estado vibratorio), y a los planos
mentales y espirituales. Una perfecta comprensión de este principio habilita
al estudiante hermético a controlar sus propias vibraciones mentales, así como
las de los demás. Los Maestros también emplean este principio para conquistar
los fenómenos naturales. "EL QUE
COMPRENDA EL PRINCIPIO VIBRATORIO HA ALCANZADO EL CETRO DEL PODER",
ha dicho uno de los más antiguos escritores.
4. EL PRINCIPIO DE
POLARIDAD
"Todo es doble; todo tiene
dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo
mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los
extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas
pueden reconciliarse".
EL KYBALION
Este principio encierra la verdad de que todo es dual, todo tiene dos
polos; todo su par de opuestos, afirmaciones que son de otros tantos axiomas
herméticos. Explica y dilucida las antiguas paradojas que han dejado perplejos
a tantísimos investigadores, y que literalmente decían: "La tesis y la
antítesis son idénticas en naturaleza, difiriendo sólo en grado"; "los
opuestos son idénticos en realidad, diferenciándose en su gradación";
"los pares de opuestos pueden conciliarse, los extremos se tocan";
"todo es y no es al mismo tiempo", "toda verdad no es sino media
verdad"; "toda verdad es medio falsa", etc. Este principio
explica que en cada cosa hay dos polos, dos aspectos, y que los
"opuestos" no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma
cosa, consistiendo la diferencia, simplemente, en diversos grados entre ambos.
El calor y el frío, aunque opuestos, son realmente la misma cosa, consistiendo
la diferencia, simplemente, en diversos grados de aquella. Mirad un termómetro
y tratad de averiguar dónde empieza el calor y dónde termina el frío. No hay
nada que sea calor absoluto en realidad, indicando simplemente ambos términos,
frío y calor, diversos grados de la misma cosa, y que esta se manifiesta en
esos opuestos no es más que los polos de eso que se llama calor, o sea la
manifestación del principio de polaridad que nos ocupa. El mismo principio se
manifiesta en la "luz" y la "oscuridad", las que, en
resumen, no son sino la misma cosa, siendo ocasionada la diferencia por la
diversidad de grado entre los dos polos del fenómeno. ¿Dónde termina la
oscuridad y dónde empieza la luz? ¿Cuál es la diferencia entre grande y
pequeño? ¿Cuál entre duro y blando? ¿Cuál entre blanco y negro? ¿Cuál entre
alto y bajo? ¿Cuál entre positivo y negativo? El principio de polaridad explica
esta paradoja. El mismo principio opera de idéntica manera en el plano mental.
Tomemos, por ejemplo, el amor y el odio, dos estados mentales completamente
distintos aparentemente, y notaremos que hay muchos grados entre ambos; tantos,
que las palabras que nosotros usamos para designarlos, "agradable" y
"desagradable", se esfuman una en la otra, hasta tal punto que muchas
veces somos incapaces de afirmar si una cosa nos causa placer o disgusto. Todas
no son más que gradaciones de una misma cosa, como lo comprenderéis claramente
por poco que meditéis sobre ello. Y aun más que esto, es posible cambiar o
transmutar las vibraciones de odio por vibraciones de amor, en la propia mente
y en la mente de los demás, lo que es considerado como lo más importante por
los hermetistas. Muchos de los que leéis estas páginas habréis tenido
experiencias en vosotros mismos y en los demás de la rápida e involuntaria
transición del amor en odio y recíprocamente. Y ahora comprenderéis la
posibilidad de efectuar esto por medio del poder de la voluntad, de acuerdo
con las fórmulas herméticas. El "Bien" y el "Mal" no son
sino los polos de una misma y sola cosa, y el hermetista comprende y conoce
perfectamente el arte de transmutar el mal en el bien aplicando inteligentemente
el principio de polaridad. En una palabra, el "arte de polarizar" se
convierte en una fase de la alquimia mental, conocida y practicada por los
antiguos y modernos Maestros herméticos. La perfecta comprensión de este
principio capacita para cambiar la propia polaridad, así como la de los demás,
si uno se toma el tiempo y estudia lo necesario para dominar este arte.
5. EL PRINCIPIO DEL
RITMO
"Todo fluye y refluye; todo
tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende. Todo se
mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma
que la de su movimiento hacia la izquierda, el ritmo es la compensación".
EL KYBALION
Este principio encierra la verdad de que todo se manifiesta
en un determinado movimiento de ida y vuelta; un flujo y reflujo, una
oscilación de péndulo entre los dos polos que existen de acuerdo con el
principio de polaridad, descripto un momento ha. Hay siempre una acción y una
reacción, un avance y un retroceso, una ascensión y un descenso. Y esta ley
rige para todo: soles, mundos, animales, mente, energía, materia. Esta ley lo
mismo se manifiesta en la creación como en la destrucción de los mundos, en el
progreso como en la decadencia de las naciones, en la vida, en las cosas todas
y, finalmente, en los estados mentales del hombre, y es con referencia a esto
último que creen los hermetistas que este principio es el más importante. Los
hermetistas han descubierto este principio, encontrándolo de aplicación
universal, y han asimismo descubierto ciertos métodos para escapar a sus
efectos, mediante el empleo de las fórmulas y métodos apropiados. Emplean para
ello la ley mental de neutralización. No pueden anular el principio o impedir
que opere, pero han aprendido a eludir sus efectos hasta un cierto grado, grado
que depende del dominio que se tenga de dicho principio. Saben cómo usarlo, en
vez de ser usados por él. En este y en otros parecidos métodos consiste la
ciencia hermética. El Maestro se polariza a sí mismo en el punto donde desea
quedarse, y entonces neutraliza la oscilación rítmica pendular que tendería a
arrastrarlo hacia el otro polo. Todos los que han adquirido cierto grado de
dominio sobre sí mismos ejecutan esto hasta cierto punto, consciente o
inconscientemente, pero el Maestro lo efectúa conscientemente, y por el solo
poder de su voluntad alcanza un grado tal de estabilidad y firmeza mental casi
imposible de concebir por esa inmensa muchedumbre que va y viene en un
continuado movimiento ondulatorio, impulsada por ese principio de ritmo. Este,
así como el de la polaridad, han sido cuidadosamente estudiados por los hermetistas,
y los métodos de contrabalancearlos, neutralizarlos y emplearlos, forman una
de las partes más importantes de la alquimia mental hermética.
6. EL PRINCIPIO DE
CAUSA Y EFECTO
"Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa: todo sucede de
acuerdo con Ley; el azar no es más que el nombre que se le da a una ley no
conocida; hay muchos planos de causalidad pero nada escapa a la Ley".
EL KYBALION
Este principio encierra la verdad de
que todo efecto tiene su causa, y toda causa su efecto. Afirma que nada ocurre
casualmente y que todo sucede conforme a la Ley. La suerte es una palabra vana,
y si bien existen muchos planos de causas y efectos, dominando los superiores a
los inferiores, aun así ninguno escapa totalmente a la Ley. Los hermetistas
conocen los medios y los métodos por los cuales se puede ascender más allá del
plano ordinario de causas y efectos, hasta cierto grado, y alcanzando
mentalmente el plano superior se convierten en causas en vez de efectos. Las
muchedumbres se dejan llevar, arrastradas por el medio ambiente que las envuelve
o por los deseos y voluntades de los demás, si estos son superiores a las de
ellas. La herencia, las sugestiones y otras múltiples causas externas las empujan
como autómatas en el gran escenario de la vida. Pero los Maestros, habiendo
alcanzado el plano superior, dominan sus modalidades, sus caracteres, sus
cualidades y poderes, así como el medio ambiente que los rodea, convirtiéndose
de esta manera en dirigentes, en vez de ser los dirigidos. Ayudan a las masas y
a los individuos a divertirse en el juego de la vida, en vez de ser ellos los
jugadores o los autómatas movidos por ajenas voluntades. Utilizan el
principio, en vez de ser sus instrumentos. Los Maestros obedecen a la
causación de los planos superiores a aquel en que se encuentran, pero prestan
su colaboración para regular y regir en su propio plano. En lo dicho está
condensado un valiosísimo conocimiento hermético: que el que sea capaz de leer
entre líneas lo descubra, es nuestro deseo.
7. EL PRINCIPIO DE
GENERACIÓN
"La generación existe por
doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino; la generación se
manifiesta en todos los planos".
EL KYBALION
Este principio encierra la verdad de
que la generación se manifiesta en todo, estando siempre en acción los
principios masculino y femenino. Esto es verdad, no solamente en el plano
físico, sino también en el mental y en el espiritual. En el mundo físico, este
principio se manifiesta como "sexo", y en los planos superiores toma
formas más elevadas, pero el principio subsiste siempre el mismo. Ninguna
creación física, mental o espiritual, es posible sin este principio. La comprensión
del mismo ilumina muchos de los problemas que tanto han confundido la mente de
los hombres. Este principio creador obra siempre en el sentido de
"generar", "regenerar" y "crear". Cada ser
contiene en sí mismo los dos elementos de este principio. Si deseáis conocer
la filosofía de la creación, generación y regeneración mental y espiritual,
debéis estudiar este principio hermético, pues él contiene la solución de
muchos de los misterios de la vida. Os advertimos que este principio nada tiene
que ver con las perniciosas y degradantes teorías, enseñanzas y prácticas, que
se anuncian con llamativos títulos, las que no son más que una prostitución del
gran principio natural de generación. Tales teorías y prácticas no son más que
la resurrección de las antiguas doctrinas fálicas, que sólo pueden producir la
ruina de la mente, del alma y del cuerpo, y la Filosofía Hermética siempre ha
alzado su verbo de protesta contra esas licencias y perversiones de los
principios naturales. Si lo que deseáis son tales enseñanzas, debéis irlas a
buscar a otra parte: el hermetismo nada contiene sobre ellas. Para el puro,
todas las cosas son puras; para el ruin todas son ruines.
¡Buen resumen!.
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