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martes, 21 de abril de 2015

5- MISTICISMO - ESOTERISMO



(Temas extraídos del libro “Teosofía”, de Annie Besant)


LOS MISTERIOS

El aspecto interior o esotérico de la religión se en­cuentra en todas las grandes fes del mundo, declaradas en forma más o menos explícita, pero siempre existen­tes en el corazón de la religión, más allá del dogma que constituye el aspecto exotérico. Allí donde el aspecto exotérico propone un dogma para el intelecto, el esotérico ofrece una verdad al espíritu; uno se ve y es defen­dido por la razón, y el otro es alcanzado por la intui­ción - esa facultad "más allá de la razón” -  en pos de la cual la filosofía occidental está a tientas.
En las religiones que han fenecido se enseñaba en los "Misterios" -en la única forma que podía enseñar­se- dando instrucciones acerca de cómo llevar a cabo los métodos que desarrollen la vida del espíritu más rápidamente de lo que la vida lo desarrolla en su evolu­ción natural y sin ayuda; hemos aprendido de los escri­tores clásicos que en ‘los Misterios’ desaparecía el miedo a la muerte, y que el objetivo hacia el cual tendían no era el de hacer una persona buena - sólo tenían acceso aquellos que ya eran buenos - sino transformar el hom­bre bueno en un Dios. Tales ‘Misterios’ existían como el corazón de las religiones de la antigüedad y desaparecieron en forma gradual de Europa entre la cuarta y la octava centuria, cuando dejaron de existir por deseo de los alumnos.
Encontramos numerosos rastros de los Misterios Cristianos en los primitivos escritos Cristianos, especial­mente en los escritos de S. Clemente de Alejandría y de Origen, bajo el nombre de "Los Misterios de Jesús". Aquí se exigía la condición de alta moralidad, como en los Misterios Griegos: "Aquellos que por un largo tiem­po han sido conscientes de no haber cometido trans­gresión alguna... déjalos acercarse".
En el Nuevo Testamento hay indicaciones acerca de su origen y existencia, en el cual se dice que Cristo enseñaba a sus discípulos en forma secreta -a vosotros os es dado conocer los misterios del Reino de Dios, pero a los otros en parábolas- y según dice Origen, es­tas enseñanzas se daban en los Misterios de Jesús. San Pablo declara también que "hablamos sabiduría entre aquellos que son perfectos". Sabiduría y Perfectos, dos términos usados en los Misterios. Islam tiene sus enseñanzas secretas - dícese deriva­das de Ali, el yerno del Profeta Mamad - que pue­den hallarse por la meditación y la disciplina, métodos enseñados entre los Sufíes. El Budismo tiene su Sangha, entre las cuales, siem­pre mediante la disciplina y la meditación, puede ha­llarse la verdad interior. El Hinduismo, tanto en sus escrituras como en sus creencias actuales, afirma la existencia del conocimien­to supremo e inferior, adquiriéndose el último de ellos por instrucción, y el primero, una vez más, por la medi­tación y la disciplina en la vida. Esto es lo que hace "esotérico" al supremo conocimiento; no está velado deliberadamente y escondido, sino que no puede impartirse; puede ganarse sola­mente desarrollando la facultad, el poder de conocer, o el modo de la conciencia, latente en todas las perso­nas pero no desarrollado todavía en el curso de la evolución normal. Se muestra en forma esporádica en el Místico, con frecuencia en forma errática, a veces acompañado por histeria, pero aún así es una indica­ción - para el que ve claro y sin prejuicios - de una nueva apertura en la larga evolución de la conciencia humana. Sale a la superficie a veces por una pureza excepcional: "Los puros de corazón... verán a Dios". Su irrupción en la vida ordinaria se ve como una "con­versación repentina", como las que registra el Profesor James[1]. La conciencia espiritual es una realidad; su eviden­cia se encuentra en todas las religiones y está haciendo irrupción en muchos hoy en día, como lo ha hecho en todas las épocas. Su evolución puede solo forzarse en el individuo en forma suave y deliberada, adelantándo­se a la evolución normal, por la meditación y la disci­plina, ya mencionadas. Porque el esoterismo en la reli­gión no es una enseñanza, sino una etapa en la concien­cia; no es una instrucción, sino una vivencia. De aquí las quejas de muchos de que es elusivo e indefinido; ello es así para aquellos que no lo han experimentado, porque sólo aquello que ha sido experi­mentado en la conciencia es conocido para ella.
Los métodos esotéricos pueden ser enseñados, pero el conocimiento esotérico hacia el cual conducen, cuando se los sigue y vive con éxito, deben ser ganados por cada uno. Puede ayudarse a retirar obstáculos para la visión, pero un hombre sólo puede ver ‘con sus pro­pios ojos’.


EL SIGNIFICADO PRIMORDIAL


Teosofía es el conocimiento directo de Dios; su búsqueda es el ‘Misticismo o Esoterismo’, común a to­das las religiones, puesto por la Teosofía en ‘una forma científica’, como en el Hinduismo, Budismo, Catolicis­mo Romano y Sufismo. Como estas religiones, enseña de una manera muy clara y definida, los métodos para alcanzar el conoci­miento directo desarrollando la conciencia espiritual y desarrollando aquellos órganos a través de los cuales dicha conciencia puede funcionar en nuestro corazón --una vez más, el método de la meditación y de la dis­ciplina en la vida. Por lo tanto, es lo mismo que la Ciencia del Ser[2], la Ciencia de lo Eterno[3] que es el corazón del Hinduismo; es "el conocimiento de Dios, que es Vida Eterna", que es la esencia del Cristianis­mo. No es algo nuevo, pues está en todas las religiones, y así encontramos al eminente Orientalista moderno Max Muller que escribe su bien conocida obra sobre Teosofía o Religión Psicológica.




[1] Variedades de experiencias religiosas
[2] atma vidya
[3] brama vidya




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